LA PSICOLOGÍA DEL SADOMASOQUISMO: VERSIÓN CANALETAS KINKI

¿Nunca te has quedado pillado pensando qué coño lleva a tíos (y no tan pocos) a desear ser humillados, apaleados, escupidos o usados como juguetes sexuales hasta el extremo? Tranqui, no eres raro: esto va de placer, de sexo duro, de límites y de perder la vergüenza. Aquí, el placer está ligado al dolor, a la dureza, al control o a que te pisen la cara y te traten como a una puta. Y sí, todo esto consentido y bien negociado, que nadie va de loco, pero sí de bestia.

Esto no va solo de tíos en leather y latigazos en cuartos oscuros. El sadomasoquismo lo tienes delante más de lo que crees: esas ganas de ser reducido a nada, de que un macho alfa te ordene, te azote, te escupa en la boca o te use de felpudo. O al revés: de tener a alguien suplicando por tu polla, por tu mano, por tu desprecio. Pero ojo, aquí el que manda suele ser el pasivo, que con “sutiles” gestos, te indica hasta dónde llegar o cuándo parar. El que parece que lo aguanta todo es el puto director de la escena aunque acabe con las rodillas en el suelo.

El rollo S&M real no va de agresiones sin sentido. Va de juegos de poder, sexo animal y deseo profundo bajo reglas y límites entre hombres que saben lo que hacen. Aquí nadie es un loco: la mayoría de los que disfruta humillando o siendo humillado es gente cuerda, currantes, perfiles de lo más normal… solo que se excitan muchísimo llevándolo al extremo.

Hay mucho cliché, pero los estudios ya dicen que los gays tiran más por la hipermasculinidad, cuerpos duros, cuero, gimnasio, sudor, músculo y testosterona, mientras que los machos heteros se excitan más con la humillación psicológica pura y dura. Pero vamos, que en el fondo hay de todo en todas partes.

Orígenes, pero en plan barrio


El término ‘sadomasoquismo’ lo inventó un tipo de bata, el doctor Krafft-Ebing; tío que ya intuyó que a la gente, hombres sobre todo, les va la marcha dura. Según él, el sadismo era cosa de machos y el masoquismo, de hembras. En la práctica, el morbo va de igual a igual y hay tanto tío como tía que goza con ello, solo que los tíos suelen empezar antes a fantasear con la caña.

El Marqués de Sade era un flipao que en sus libros ya narraba violaciones, torturas, orgías y todo tipo de putadas, pero todo en su cabeza era un mundo de placer y poder. Lo del masoquismo viene del tal Sacher-Masoch, que escribía de mujeres dominando, humillando y convirtiendo a los hombres en simples objetos: su esclavo, su juguete sexual, el perrito al que le dan la patada cuando se cansan.

Si tiramos de historia, nada nuevo bajo el sol: Rousseau ya decía que caía rendido ante mujeres autoritarias que le castigaban, y en la India lo normal era que el sexo fuera como un ring. El Kama Sutra lo pone clarito: un polvo exitoso necesita algo de crueldad, algún golpe, algún grito. Así, sin censura.

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