El ruido de las olas del mar que se colaban por la ventana de mi habitación del Estepona Palace me sacaron de aquella pesadilla. Soñé que el pijo traía a más de 10 hombres a mi habitación y me obligaba a acostarme con todos quisiera o no, había sentido bastante miedo y asco, yo le pedía ayuda pero no cedía y continuaba obligándome a hacerlo. Ya despierto y más tranquilo, volví a valorar la petición que me había hecho la noche anterior: por un lado me daba morbo que él decidiera con quién debía mantener sexo pero por el otro, ese chico me daba miedo. Era una sensación extraña, el pijo me tenía totalmente obnubilado pero por otro no me fiaba de él, lo veía bastante inestable. Mire la hora en el móvil, eran las 10:30 de la mañana. Tenía una notificación de WhatsApp, era él: “buenos días niño, estate preparado para las 17hs en la habitación”. Le contesté que “ok” pero muy poco convencido. Decidí bloquear mis pensamientos y bajar a la playa. El sol ya estaba haciendo su trabajo y había conseguido un precioso bronceado, me hice un selfie para enviársela a una amiga que me había enviado una foto desde una cala de Menorca. Saqué la instantánea sin hacer grandes esfuerzos pero lo cierto es que me veía muy guapo. Pensé en subirla a las historias de Instagram pero pensé que eso cabrearía al pijo así que no lo hice, en su lugar seguí tomando el sol y escuchando temazos en mi Spotify.

Para cuando dieron las 3 del mediodía me había cansado de la playa así que moví mis cosas a la zona de la piscina del hotel. Me senté en uno de los chiringuitos del resort y pedí algo para comer, todas las mesas de mi alrededor estaban ocupadas por parejitas charlando animadamente y compartiendo la comida, algo que me hizo sentir muy sólo y desear poder hacer lo mismo con mi facha. Enseguida volvieron las inseguridades sobre lo que me había pedido la noche anterior. En realidad no me apetecía nada estar con otros, me apetecía estar con él, ser sólo suyo…Decidí escribirle un mensaje: “te echo de menos… ¿Qué haces?”. Me había puesto sentimental, mi objetivo era dar pie a decirle que no quería tener sexo con otros, que me bastaba y me sobraba con él. No me dio tiempo ya que me respondió al instante “¿Me echas de menos o te has puesto cachondo viendo a los tíos en la playa? ¿Cuántas pollas has levantado?” Su respuesta me cabreó muchísimo, yo enternecido pensando en estar sólo con él y él tratándome como una mierda, estaba a punto de mandarle a freír churros. Decidí pegarme un chapuzón en la piscina para no comenzar una discusión. Nadé varios largos y para cuando volví a la hamaca estaba algo más calmado y dispuesto a hacerle saber que quería estar con él en exclusiva, que no tenía porqué preocuparse. Agarré el móvil y vi que tenía una llamada ¿Habría sido él para pedirme disculpas? Pronto me llegó la desilusión, la perdida era de Pablo. ¿Qué querría este ahor...