Utopía o panacea

Utopía o panacea


Sé perfectamente lo que quiero que aparezca en mi vida ahora, pero no se cruza, o no existe. Está complicado, pero con uno me vale.

Quiero un chico que tenga claro lo que le gusta, que no le tiemble el pulso eligiendo y que luche por lo que quiere. Un hombre que disfrute de la vida y que sea cuidador.

Quiero mirarlo llegar y no poder evitar pensar que es perfecto y reírme de sus defectos. Que nos riamos de nuestros defectos. Que sepa entender el momento y responda a su manera, estando.

Quiero que ame la vida y que se alegre altruistamente de las cosas buenas que le ocurran al resto.

Quiero que se entregue decidido y libre. Que se palpe la ilusión en sus ojos por todo aquello que le apasiona, también por verme. Que disfrute cuidando y mimando, incluso aunque sea rechazado por pesado. Quiero que a fuero interno sienta que no necesita nada más, convencido. Que sienta que no necesita más, porque así es feliz. En una entrega verdadera y sincera. Quiero que respete que lo íntimo pertenece a ambos y es sagrado. Que sienta que su cuerpo es un templo y que quiera que tenga esa llave, orgulloso.

Quiero que sexualmente participe en mi concepción posesiva del sexo. Quiero que disfrute entregándose, que disfrute siendo un juguete, siendo parte de algo sagrado, respetándolo y cuidándolo. Con deseo y admiración. Que sienta que cuando entro en él, somos uno.

Quiero que se respete y se haya respetado. Que siempre haya necesitado elegir y sentirse elegido. Quiero sentirme un equipo, sentir que aunque nos separemos somos uno. Que no vaya a soltar mi mano. Que nos lleve a hacer el mundo pequeño y hacerlo girar.

Todos sabemos que si se cruza, será mío. Y sino, estaré solo, porque no me voy a conformar con menos.