Cuando se hace daño a otro es menester hacérselo de tal manera que le sea imposible vengarse.
-Nicolás Maquiavelo

Bueno, me llamo Daniel, me dedico a las artes marciales y soy maestro de deportes. Sobre que me interesa supongo que la dominación, me fascina ser controlado por medio de mi inconsciente y al día siguiente recordarlo todo. Bueno sobre mi experiencia pues te cuento mi historia.

Todo empezó el día que termine con mi entonces novio Javier, ese día me había preparado una sorpresa con velas y flores, algo muy lindo la verdad, pero justo eso me hizo sentir culpable pues durante ese mes lo había estado engañando con otro chico, al final terminé por confesarle que me había acostado cuatro veces con un maestro que conocí en un curso de pedagogía y como era de esperar lo tomo mal, me terminó entre gritos y me corrió de su casa. La noche siguiente me llegó un mensaje suyo que decía “Perdón por reaccionar así, la verdad dudo mucho poder seguir saliendo contigo pero me gustaría proponerte ir a una terapia para llevar de la mejor forma la ruptura, no quisiera que de ser tan cercanos termináramos en nada.” La verdad me alegré mucho de leer el mensaje pues parecía que al menos estaba en vías de perdonarme, pero no era nada más alejado de la realidad. Cuando fuimos a ver a Luis, un psicólogo amigo suyo, hablamos de muchas cosas que habían quedado pendientes de decirse y parecía que iba todo en buen rumbo, fue entonces que el Luis propuso hacer un ejercicio de hipnosis para ponernos en el lugar con el otro ahora mismo recuerdo que me dijo:

-Respira hondo, inhala y exhala, cada respiración te hace sentir más y más relajado, siente como tu cuerpo se adormece con cada respiración más y más profunda, imagina que tu mente es una piscina llena de agua, ahí están disueltos tus pensamientos, tus ideas, tus preocupaciones y tus sentimientos, tú estás al fondo bajo la presión del agua te asfixia y no te deja respirar, ahora la alberca se está vaciando, poco a poco cada pensamiento, cada idea, cada preocupación y cada emoción desaparece y te hace sentir bien porque ahora puedes respirar libremente, tu mente está vacía, no hay voluntad, no hay pensamientos complejos, no hay estrés. Ahora me permitirás llenar esa piscina con ideas y pensamientos nuevos y tú flotaras tranquilamente sobre ellos, te hará sentir bien y no necesitarás pensar o preocuparte por que yo lo haré por ti, a partir de ahora vaciaras tu mente cada vez que diga la palabra Tsuchigumo me permitirás llenarla con ideas nuevas que te harán sentir bien y me dejarás tomar el control, contaré desde diez y tu mente se restablecerá sin recordar nada que hayas hecho mientras estabas bajo mi control, diez…nueve…ocho…siete…seis…cinco…cuatro…tres…dos…uno…despierta.

No recordaba el lapso de tiempo en el que se supone ocurrió la hipnosis pero no me sentía particularmente distinto...