Siempre he querido tener a mi merced un WC Humano. Por mucho que busco nunca he encontrado a alguien dispuesto a recibir todo lo que mi cuerpo es capaz de expulsar.

La verdad es que las sesiones de lluvia dorada que he tenido en mi vida han sido buenas, he meado por todos lados y en muchos sitios, en la calle, en la bañera, en la sauna… pero me falta ese punto de tener a alguien a mi servicio y que con una orden, su boca se abra y reciba todo mi chorro y que caiga por su boca directo a su gaznate y que tras ello me de las gracias.

O incluso, si el wc no estuviera en ese momento, mearme por cualquier parte y que el perro lo limpiara con su lengua cuando llegara. ¿Como cuando uno tiene un perrito en casa y cuando llega encuentra el charquito de meo y tienes que ponerte a limpiarlo? Pues eso mismo, solo que ahora es el perro el que limpia el meo de su Amo.

Un día encontré a un chaval que decía que lo que más le gustaba era limpiar retretes y por las fotos que vi, era capaz de limpiar los retretes más sucios que he visto en mi vida. Lástima que el chico viva en las antípodas y no pueda someterle y hacer que limpie mis baños.

Pero bueno, no todo van a ser quejas, a veces te topas con algún cerdito que no está nada mal, y que es capaz de hacer las cosas más inesperadas.

Recuerdo una vez estando en Madrid, la verdad es que en el sur estas cosas no me pasan, quedé con un chico que decía que era bastante guarro y que le gustaba exhibirse. Yo le invité al piso donde me quedaba esos días y ya me advirtió que le gustaba el morbo y la excitación de poder ser pillado in fraganti haciendo algo que no debiera. Como íbamos a estar en ese piso, tampoco pasaría nada, porque estaríamos en un sitio seguro. Lo fui a recoger a la boca del metro y de camino a casa lo notaba un poco tímido, pero ¿cómo iba a pensar yo que tras montarnos en el ascensor y las puertas se cerrasen este chico se iba a desnudar completamente? Yo me quedé un poco en shock, pero bueno, era muy temprano así que fui preparando las llaves del piso porque él estaba dispuesto a llegar a mi casa totalmente en bolas. Y así lo hizo, se abrieron las puertas del ascensor y llegamos a la puerta del piso, la abrí y cuando me quise dar cuenta, estaba desnudo de rodillas frente a mi y desabrochándome el cinturón.

Cuando cerré la puerta, le di una hostia en la cara y le dije que si iba a hacer eso que al menos me avisara. Él me pidió perdón y me besó los pies en señal de súplica y sumisión. yo le di un puntapié suave, apartando su cara de mis zapatos, y le mandé que se tumbara en el suelo del baño. Yo ni corto ni perezoso, me saqué mi polla, y comencé a mear todo su cuerpo desnudo, me hubiera gustado haberle meado con la ropa puesta, pero como ya se la había quitado, y yo no aguantaba más, no me importó. El chico no paraba de abrir la boca y gemir como una zorra, y yo apuntaba por todas partes, cuerpo, boca,...