El destino de Martín (Parte VI)

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El trabajo en la fundación era muy diferente a todo lo que había hecho hasta entonces.

No te preocupes - le dijo uno de los abogados - deja que la gente te cuente todo y luego vemos en conjunto Pregunta todo lo que quieras.

Y así lo hizo. Atendió a una mujer agredida por su esposo, que necesitaba una orden de alejamiento para ella y sus hijos e iniciar una demanda por alimentos contra éste. En eso tardó más de dos horas y fue el propio jefe quien le ayudó. Otro caso fue atender a un trabajador injustamente despedido durante su excelencia médica. Y así fue viendo cerca de 12 casos en el día. Cansado y hasta angustiado por la diversidad de casos y el dramatismo de cada situación, aparte de su ignorancia sobre muchos de estos temas, casi no tuvo tiempo para almorzar y tuve que limitarse a comer un emparedado de pollo y un café instantáneo.

Esa noche se reconcilió con su esposa y sé pidieron disculpas mutuamente, pero ya algo se había roto.

Cada día que pasaba en el trabajo, más se entusiasmaba. Le estaba encontrando sentido a su profesión. Era un trabajador agobiante, pero estimulante y satisfactorio.

Su jefe le decía que parecía un pájaro raro en esa oficina, por su porte, forma de vestir tan formal y siempre bien presentado. “Antes muerto que sencillo”, le solía decir, provocando siempre risas entre los que escuchaban.

La vida de Martín había cambiado definitivamente. Lo central era que había adquirido conciencia de lo poco que era, de lo intrascendente de su existencia, de su creciente soledad. Lo constató con lacerante dolor ese tiempo: casi nadie lo llamaba, casi nadie se solidarizó en su caída, sus amigos no le invitaban a salir, ya no salía a jugar fútbol y su vida social se redujo a nada. Ahora ni siquiera iba a las aburridas y extensas reuniones familiares de Magdalena.

Mientras tanto, paralelamente, la historia que importa seguía su curso y un día se enteró que el Fiscal de la capital había decidido formalizar por varios cargos a su antiguo jefe, de la división jurídica, al secretario general de la gobernación y a tres tres altos funcionarios. El diputado nacional involucrado fue destituido por la Sala Constitucional del Tribunal Constitucional y el Gobernador destituyo a la secretaria de Estado.

En una largo reportaje de la edición dominical del principal periódico de la ciudad, se publicaron en extenso sus minutas, correos y representaciones y fue comentario su conducta ética irreprochable y la bajeza de sus ex jefes al tratar de culparlo a él del estropicio de la compraventa. Fue un triunfo moral pequeño e insignificante, pero muy necesario, en especial para sus padres.

Magdalena se sintió aliviada, pero no dijo nada más. Martín sólo quería saber lo que opinaban sus suegros y cuñados, pero nunca lo pudo saber.

Pero a la esposa de Martín ese asunto le inter...