Escrito por: Tutorse
2830 palabras
Luis había madrugado ese día más de lo habitual, tenía una cita importante imposible de posponer. Debía llegar a la oficina a las nueve de la mañana, pero antes se debía pasar por otro lugar al cual na le apetecía asistir, pero no podía evitarlo.
Pero los nervios no le dejaban hacer las cosas a derechas, parecía mentira, pero un hombre maduro, casado y con dos hermosos hijos. Una esposa agradable, cariñosa, y muy trabajadora.
Luis, un profesional reputado,estaba nervioso, a duras penas pudo abrochar los botones de su camisa.
Salió de la habitación dirigiéndose a la cocina, allí estaba Olga, su esposa, no se atrevió a decirle nada por vergüenza, solo esperaba que ella no notara su nerviosismo …
Bajo en el ascensor y en breve estaba en el portal donde la aguardaba un taxi.
Subió al taxi...
(Luis) -. A la avenida de Finisterre , numero….
Al llegar pago al taxista apeándose del vehículo y siguió caminando hacia el portal del edificio. Durante ese corto trayecto sintió que todos los viandantes le miraban y sabían a dónde se dirigía.
Todavía dubitativo llamó al interfono
Al momento el portal se abrió y Luis, sin perder un segundo, se introdujo dentro del edificio y se dirigió al ascensor, pulso el botón del piso, y las puertas se cerraron. El ascensor comenzó a ascender, momento que Luis aprovecho para mirarse al espejo y arreglarse la ropa, era importante que fuera perfectamente ataviado. Su mirada se fijó en el número digital que iba indicando el piso que ascendía. Tres, cuatro, cinco… la puerta se abrió en esos momentos, a sus ojos, apareció un largo recibidor que daba directamente a una única puerta, salió del ascensor dando pasos muy cortos, el final del pasillo del recibidor daba la impresión que se alejaba de el, causando un efecto visual. La puerta del despacho parecía cada vez más grande y el se veía así mismo, más pequeño.
Al detenerse delante de la puerta, apenas su cabeza llegaba a la mirilla de la puerta, no deseaba alargar más aquella angustia que le producía estar ante esa puerta y llamo al timbre.
Eran las ocho y cincuenta y cinco minutos de la mañana. Aún faltaban cinco minutos para las nueve.
Desde dentro se escuchó una voz…
-. Un momento…
Miraba fijamente aquella puerta
Al escuchar aquella voz, pareció como si el tiempo se detuviera. Se sentía como cuando era un niño y le habían mandado al despacho del director…
Cuando la puerta se abrió de improviso…
(Sr. Tutor) -. Puede entrar Luis
Buenos días, Adelante.
(Luis)-. Bu…enos días señor Tutor.
Una vez traspasado el umbral de la puerta, Luis camino hacia la mesa de despacho deteniéndose, escucho como a sus espaldas se cerraba la puerta, en breve unos pasos siguieron a los suyos propios, hasta situarse delante de el al otro extremo de la mesa, donde había un confortable sillón negro de piel....
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