Amra el León - Parte 1 - la entrega

Taint (anatomía) - Nombre coloquial para el espacio entre el ano y los genitales; el períneo.

Algunos términos ingleses no dejan de divertirme, Taint siendo uno de ellos. El término significa "it ain't ass, it ain't bollocks" (ni es culo, ni es huevos). También significa manchar o ensuciar. Traducido al español literalmente, sería el "Niés". Una parte de nuestro cuerpo que está en contacto frecuente con nuestros calzoncillos.

Menciono todo esto porque mi Amo, cruelmente, no me había permitido lamer otra cosa que su Niés.

Mi Amo es un hombre alto y fuerte, de raza negra muy negra. Así y todo, de pie en medio de la habitación, la misma donde me había violado meses antes por primera vez, sus fuertes piernas separadas, tenía que encogerme en una postura incomoda para poder agolparme entre las dos columnas, la cara vuelta hacia arriba para lamer el espacio entre los poderosos cojones y el prieto culo, ligeramente sudado. Su enorme y pesada polla, medio levantada, colgaba cimbreando delante de él, y por más que deseara metérmela en la boca, o tan siquiera lamer aquel ano negro, la prohibición de mi Amo lo impedía. Él sabía que esto me estaba volviendo loco, y aun así prolongaba mi tormento.

Al cabo, mi Amo se tumbó en un asiento, sus piernas abiertas, su gran pene oscilando de un lado a otro. Un ligero movimiento de su pie izquierdo me indicó que ahora era mi deber lamer sus pies. Postrado, apliqué mi boca al pie negro, lamiendo su empeine. Noté como mi Amo negro tomaba su temido y amado cinturón, me preparé para recibir lo que Él quisiera impartirme.

"Esclavo, ¿quién soy yo?", dijo.

"Amra el León", contesté.

Mis sufridos lectores recordarán, cómo Abdul, mi Amo, y dos de sus amigos me habían retenido en su casa por error, y habían terminado violándome salvajemente. Las explicaciones los días que siguieron fueron sin duda complicadas, porque vivo en el mismo portal que ellos, pero colorado como una cereza y muy avergonzado, había explicado al final que no tenía mala intención hacia ellos, y que de hecho me sentía muy atraído y sometido por su fortaleza varonil. Tras una inicial y lógica desconfianza, Abdul me había invitado de nuevo a su casa, donde había sometido mi cuerpo a sus caprichos, admitiéndome tácitamente como su esclavo. En estos encuentros, me exigía que estuviera todo el tiempo desnudo de cuerpo y de alma, revelándole todo lo que pensaba.

El hecho es que me gusta revelar lo puta que en verdad soy y me siento. Su piel negra, su cuerpo terso, su polla enorme y desproporcionada me causaban ganas de caer de rodillas ante Él, y así se lo dije. Desvelar lo que ante todo el mundo mantengo oculto es un gran placer y alivio para mí. Mi Amo comprendió que mi entrega era sincera, y acordamos que le calificaría como Amo cuando estuviéramos juntos. Pero como yo había tenido en ocasión otros Amos esporádicos...