Mi padrastro, su hijo y yo a los 20 años. CAPÍTULO 5

Llegué a la hora señalada, al lugar que me ordena mi Amo Horacio. Todas las fantasías se unían, pero además, una dosis importante de miedo y placer, me hacía temblar. Abrió la puerta de entrada al edificio Horacio, lo saludé y bajé la cabeza y lo segui hasta el departamente. Abrió la puerta del depto y pude ver a Gaspar, como un rey perverso y superior, mirarme con algo de burla y algo de inocultable superioridad. Me miró de arriba abajo, y me volvió a mirar. Horacio, desde atrás, hacia exactamente lo mismo, pero con mayor dureza. Entonces mi padrastro dijo con voz fuerte, sacate la ropa PUTO, y mostranos bien el culo, a Gaspar y a mi. Con rapidez, mientras se agitaba mi corazón, me desnudé. y empecé a menear el culo alternativamente, poniéndolo a los ojos de Horacio y luego poniéndolo a los ojos de Gaspar. Empezé a vivenciar en mi cuerpo que soy lo que soy, puto, sumiso y arrastrado. En un momento, porque sentía cada vez más fijos los ojos en mi, empecé a moverme más y llevé los dedos a mis tetillas para apretarlas. No bien me siento mi cuerpo excitarse por esto, y por haberme centrado en mi y distraido de mis amos, empecé a sentir latigazos fuertes que me daba Horacio, mientras se desnudaba sonriendo Gaspar y decía.... seee dale fuerte a la Puta y hablandala Papi que quiero gozarla bien. Me latigó fuerte, tanto que a latigazos y gimiendo que revolqué en el piso. Las risas de Gaspar llenaban de esa áspera oposición el ambiente sonoro, mientras mi Amo Horacio me pegaba fuerte y se escuchaban los latigazos a veces en mi carne, a veces en el suelo,, mi Amo Gaspar se tocaba la polla mientras reía cada vez más fuerte y yo, claramente lloraba, lloraba y gemía y mis gemidos eran sexodolorosos.....dolorosexis tan intensos , tan desgarradores,m que encendían la furia de Horacio, la calentura de su hijo Gaspar y mi saberme puta miserable sumisa, algo que me ultraexitaba. Todo esto fue coronado por gaspar que me tiró la ropa de puta que habían traído para mi y entonces Horacio ordenó: ahora vas al baño, te producis de puta y venis que te vamos a penetrar como te gusta. Los dos juntos vamos a entrar al mismo tiempo en tu culo, te la bancas? Claro que si, respondí, y me fui con la cabeza baja, desnuda y con prendas femeninas en las manos, al baño, mientras secaba una lágrima con una bombachita roja.