Perrito en: En tiempos de los piratas I (Perversion en el Venganza Negra)

Te capturan los piratas del Venganza Negra cuando tu barco naufraga cerca de las costas del Caribe. El capitán Rodrigo, un español curtido de 45 años con barba oscura y brazos tatuados, te arrastra por la cubierta mientras el resto de la tripulación te rodea.

"Mirad lo que hemos pescado, muchachos. Un marinero perdido." Su mano te agarra del pelo y te obliga a arrodillarte sobre la madera húmeda. "¿Qué hacemos con él?"

Los diez piratas te observan con hambre. Huelen a ron, a mar y a sudor de días sin baño. El segundo de a bordo, un mulato joven llamado Carlos, se acerca y te examina.

"Podemos usarlo, capitán. Hace semanas que no tocamos puerto."

Rodrigo sonríe y saca una petaca de cuero. "Primero vamos a ponerlo a tono." Te obliga a beber un líquido amargo que te quema la garganta - ron mezclado con algo más, algo que hace que tu cabeza empiece a flotar y tu cuerpo se caliente.

"Buen perrito," se ríe mientras el brebaje hace efecto. Tu resistencia desaparece, solo queda el deseo.

Te desnudan entre varios. Carlos te empuja boca abajo contra un barril mientras el resto de la tripulación se acerca. "Vamos a enseñarte tu lugar en este barco, perro."

El capitán Rodrigo es el primero. Te penetra sin avisar, sin preparación, su polla gruesa abriéndose paso en tu culo mientras gimes. "Así me gusta, que grites para toda la tripulación."

Te folla con violencia durante varios minutos hasta que se corre dentro de ti, llenándote de su esperma caliente. Ni siquiera se retira antes de que Carlos ocupe su lugar, metiéndotela mientras el semen del capitán todavía te chorrea.

Uno tras otro, los diez piratas te usan. Sin piedad. Te preñan en cadena mientras el ron y las drogas te mantienen en un estado de sumisión total. Pierdes la cuenta de cuántas veces te corres sin tocarte, solo del placer de sentirte usado como el perrito que eres.

Cuando terminan, estás tirado en cubierta, empapado de sudor y esperma, con el culo destrozado y goteando la leche de diez machos.

"Bienvenido a la tripulación," dice Rodrigo mientras te tira un trapo sucio. "Cada noche serás nuestro entretenimiento. ¿Entendido, perro?"

Solo puedes asentir, sabiendo que acabas de encontrar tu lugar.

A la mañana siguiente despiertas en la bodega del barco, atado con una cadena corta a un poste. Tu cuerpo duele, especialmente el culo que todavía sientes húmedo y abierto. El olor a sudor, esperma y ron impregna todo.

Carlos baja las escaleras con una sonrisa. Lleva una botella y un paquete pequeño. "Buenos días, perrito. El capitán dice que hay que prepararte para la jornada."

Te suelta la cadena pero no te deja ir. Te obliga a abrir la boca y vierte ron directamente en tu garganta, seguido de una pastilla que te hace tragar. "Esto te va a poner bien cachondo todo el día. Los muchachos necesit...