Nueva vida en Madrid - 3

Capítulo 3: Nuevas Reglas y Humillaciones Públicas

Álex se despertó en el suelo, todavía con las cuerdas de la noche anterior cortando su circulación. Sergio se levantó y las desató sin decir palabra.

"Arrodíllate. Ya sabes lo que toca."

Álex abrió la boca. El chorro caliente de meado matutino llenó su boca mientras tragaba desesperadamente. Ya empezaba a acostumbrarse al sabor amargo, al ritual humillante.

Cuando Sergio terminó, le miró fijamente.

"Nueva regla. Nada de ropa interior. Nunca. Ni calzoncillos ni calcetines cuando salgas. Y en casa, siempre desnudo. No me importa si viene alguien, si llaman a la puerta o lo que sea. En este piso vas en pelotas. ¿Entendido?"

"Sí, Amo."

"Ahora prepara mi desayuno."

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A las 9:00, Álex salía hacia la universidad. Vaqueros directamente sobre la piel. La tela rozándole constantemente. Sin calzoncillos, cada movimiento era un recordatorio. El cinturón de castidad bajo los pantalones, visible si alguien miraba con atención. El plug seguía en su culo. Las zapatillas sin calcetines le rozaban los pies.

En el metro, cada sacudida movía el plug. Estaba constantemente excitado, pero la jaula metálica le impedía cualquier erección, causándole dolor.

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Carlos le esperaba en la entrada de la facultad.

"Tío, sobre lo de ayer..."

Álex se puso rojo.

"Mira, no tienes que avergonzarte", continuó Carlos. "De verdad. Me parece... no sé, me gusta la situación. Te respeto. Y me pone cachondo, no te voy a mentir."

"¿En serio?"

"Totalmente. Asume tu situación, colega. Eres un esclavo. Eso no es malo. Es lo que eres. Y yo puedo ayudarte a aceptarlo."

Entraron a clase. Durante toda la lección, Carlos le hacía preguntas en voz baja.

"¿Duermes en su cama?"

"No. En el suelo de su habitación."

"¿Te folla todos los días?"

"Cuando quiere."

"¿Llevas el cinturón siempre?"

"Siempre. No tengo la llave."

"Joder..."

Carlos se tocaba disimuladamente la entrepierna. Estaba cachondo.

Cuando terminó la clase, le cogió del brazo.

"Ven conmigo. Al baño. Ya."

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En el baño vacío, Carlos cerró la puerta con pestillo.

"De rodillas."

Álex obedeció automáticamente.

"Primero me limpias las zapatillas. Con la lengua."

Carlos llevaba unas Nike Air Force blancas. Sucias de la calle, con manchas de barro seco.

Álex empezó a lamer. El sabor a tierra, a suciedad. Carlos gemía suavemente.

"Así, muy bien. Las suelas también."

Álex le dio la vuelta a las zapatillas y lamió las suelas de goma. Negras, con mierda incrustada en las ranuras.

"Ahora la polla. Sácala y chúpamela."

...