Bully en Locktober 29

Alexis se agarra de las nalgas de Robert sin dejar de tambalearse, se masturba para que se le ponga dura pero no lo consigue y comienza a desesperarse.

Trata de metérsela flácida pero no lo logra, miro a Robert girarse a ver a Ulises, luego se gira y le agarra la verga a su amigo. Comienza a mamársela muy despacio, Alexis hace la cabeza hacia atrás pero se marea y vuelve a mirar adelante, acaricia la cabeza de Robert que trae la máscara puesta.

Salgo a hurtadillas de mi escondite y cierro la puerta con mucho cuidado para no hacer ruido. Le pongo el pasador para que nadie nos moleste.

Ulises se queda en cuatro con el culo hacia Alexis mientras Robert le mama la verga, al principio cuando llegó pensé que había reconocido a Robert y a Ulises pero compruebo que no porque no dice nada, se deja mamar la verga muy a gusto y ocasionalmente le da un sorbo a la bebida que trae en las manos.

Robert consigue que Alexis tenga una erección y luego sujetándolo de los huevos lo acerca a Ulises que para el culo. Robert se levanta junto a Alexis y literalmente mete la verga de su amigo en el culo de su otro amigo.

-Ahhh perra, aprietas bien rico- dice cuando Ulises se empala en su verga haciéndose hacia atrás. Alexis se mueve como puede, adelante y atrás, tratando de cogerse a Ulises, de pronto recuesta su cabeza contra la espalda de mi esclavo.

Robert lo levanta y lo ve casi perdido. Aprovecho para salir del clóset y hacerles señas para que lo acostemos en el piso al otro extremo de la cama. Ulises le acomoda el pantalón como puede y les doy sus ropas. Es el momento ideal para salir fingiendo que estábamos acostando a nuestro amigo en la cama.

Un besibolista me detiene del brazo al salir del cuarto, es un hombre como de 25 años rubio de ojos azules, con barba desaliñada y cuerpo muy robusto - ¿Son tus perras?- me pregunta

-Si- respondo firme

-Tráelas tengo una idea- me dice muy serio

-No, dime la idea y evaluaré si me gusta o no- el beisbolista me señala a un hombre de su misma complexión que está arrodillado junto a él con las manos detrás.

Una hora más tarde, el beisbolista le toma el micrófono al DJ y para la música- a ver señores, esta fiesta ya está decayendo así que le vamos a poner sabor- dice y el resto de los invitados se queda quieto en actitud un tanto hostil.

-Caballeros, ¡que no se diga que nuestro género no puede poner candente una fiesta!- con un dedo le da la señal al DJ y del pasillo de la entrada salen Ulises, Robert y el besibolista que estaba arrodillado, vistiendo trajes de beisbolista, bailan contoneando las caderas y aventándose al piso a hacer movimientos candentes.

Se hace un grito tremendo en el departamento, Robert me mira sonriendo mientras avienta la gorra que trae puesta hacia un grupo de chicas que está en una esquina. Ulises en el suelo simula q...