Escrito por: 42Daniel
560 palabras
Con mis últimas experiencias y los videos que veía por internet, me planteé que quería tener ya un encuentro con alguien que se definiera como Amo, y que fuera gay, sin tapujos. Fui investigando y encontré alguna web donde se podía contactar explicando lo que era y lo que buscaba. Puse mi perfil, con una foto en la que mostraba mi cuerpo pero quedaba en penumbra mi rostro, y empecé a recibir propuestas y a enviar yo las mías. Me di un plazo de una semana para decidirme.
Todo fue bastante rápido. A las 8 de la tarde llamaba al timbre de la dirección que el Amo me había dado. Sin responder, se abrió la puerta, igual que la de la vivienda, en el ático.
“Entra, desnúdate y pon tu ropa y tus pertenencias en la bolsa de plástico que encontrarás en el salón.” Yo dudaba, por la poca información que tenía, aunque sí se me había pedido la relación de mis límites y una palabra de seguridad: CAMPANA.
“No levantes la vista ni te vuelvas”, oí detrás de mí. Noté como me colocaban un antifaz, unas manos grandes, curtidas. Esas mismas manos recorrieron mi cuerpo, con algún pequeño azote en las nalgas. Con un pequeño gesto, me hizo arrodillarme, y también bajar la cabeza casi a ras del suelo.
“Has de besar y lamer mis pies en señal de respeto”. Lo empecé a hacer. “Ofrécete y dime por qué crees que me necesitas”. La voz, grave, parecía ganar en seguridad, y en excitación.
“Es mi primera vez con un Amo. He venido porque quiero aprender a servirlo y darle placer. Necesito sentirme útil ante un hombre Superior a mí."
Cuando acabé de hablar, oí que empezaba a sonar una música, clásica, pero de algún autor contemporáneo. Y noté que las manos del Amo me ponían un collar, y parece ser que una correa, porque los tirones me obligaban a andar a cuatro. Mi impresión es que habíamos llegado a un dormitorio porque el suelo ahora era de moqueta.
Ahora se alternaban los manotazos por todas las partes del cuerpo con golpes de cinto, suaves.
En un momento, adiviné que él se sentaba y me obligaba a lamer las manos y, después, la polla y los huevos. Noté que la polla ya estaba bastante dura cuando me la metió en la boca.
Volví a oír su voz. “Chupa”, “¿Te gusta, eh?”, “Así.”, al mismo tiempo que él marcaba el ritmo, me cogía la cabeza y me follaba cada vez más profundo. Yo babeaba ya, muy excitado.
No duró mucho. Se corrió en mi cara, tal y como habíamos hablado.
“¿Quieres correrte tú también, perrito?”. Al contestar que sí, me quitó el antifaz y vi, por primera vez, al Amo. Era un hombre joven, en los 40, moreno, pelo corto, bien musculado, con una camiseta de tirantes negra. Muy atractivo. No tardé en correrme, mirándolo, en mi posición.
Se le notaba complacido. “Me gustas, perrito, eres jovencito y puedes aprender bien”.
Me propuso continuar m...
El primer Amo
Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.
Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como 42Daniel.
Con Xtudr, puedes:
- Crear un perfil con fotos y preferencias.
- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.
- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.
- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.
- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.
Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.
https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/42942-el-primer-amo