Bully en Locktober 3

No vuelvo a ver a Ulises en todo el día, no porque no tuviéramos clase juntos sino porque simplemente desapareció.

Cuando el profesor de física les pregunta a Alexis y Robert, sus amigos, en dónde está le responden que no saben, pienso que lo están encubriendo pero al terminar la clase los escucho llamando a su celular y decirse entre ellos que no saben nada de Ulises.

Como no saben qué pasó después de que lo llevaran con el director, piensan que estará castigado o expulsado.

Evidentemente no me lavé la boca después de tragarme su leche y tengo unas ganas tremendas de responderles - Ulises está aquí dentro de mi- pero me aguanto las ganas, conservo mi trofeo en el sabor de mi boca en silencio.

A la salida tardo un poco en salir de la escuela porque me quedo un rato ordenando mi locker, es viernes y tengo que llevarme algunos libros porque van a empezar los exámenes.

Con la mochila cargada salgo media hora más tarde de la salida, la escuela está prácticamente vacía, los viernes los estudiantes no esperamos para salir corriendo a casa.

Cuando doy la vuelta en la esquina de la escuela, en un callejón que tiene pocas casas, me sorprende Ulises agarrándome del cuello con su enorme mano y apretándome contra la pared. Presiona mi cuello lo suficiente para que me cueste trabajo respirar

-¿Cuántos años tienes marica?- me pregunta nervioso y ligeramente enojado

-18- le respondo respirando con trabajo. Ulises se relaja y afloja un poco su mano dejándome respirar

-Menos mal, pensé que estaba en problemas- me dice quitando su mano de mi cuello y llevándosela al pantalón para abrírselo.

Sin ningún reparo, confiando en que la calle está sola, se baja el boxer y el pantalón hasta las rodillas

-Mámamela puto- me dice empujando mi cabeza hacia abajo para que me ponga en cuchillas- quiero otra mamada como la que me hiciste hace rato.

Con mi espalda recargada en la pared, en cuclillas, me meto su Verga en la boca… huele a pescado, es un olor muy penetrante… evidencia de la venida que tuvo hace rato y que me dejó tan buen “sabor de boca”.

Esta vez me siento menos presionado por darle una buena mamada, sin embargo sé que de mi depende seguir teniéndolo “controlado” de esta manera.

No me importa que sea la calle y supongo también que no pasará nadie que nos conozca, así que me doy rienda suelta y le doy una muy buena mamada.

Ulises pone ambas manos contra la pared y empuja suavemente su pelvis hacia el frente para metérmela más al fondo en la garganta… es una verga grande, definitivamente no tan grande como la mía, pero está más gruesa y es venosa y carnosa, circuncidada, su glande es grande y muy apetitoso y tiene mucho pelo púbico sobre ella.

Nuevamente me aplico como un campeón para darle su buena mamada: lengua, l...