LA TRANSFORMACIÓN DE MARC (4)

Capítulo 4: Humillado en el gimnasio

El amanecer en el piso de Fuencarral tenía el mismo aroma de travesura que el día anterior, pero multiplicado. Los cinco chavales se habían despertado con esa excitación nerviosa de quien sabe que está a punto de presenciar algo épico.

Alex fue el primero en llegar a la cocina, luciendo solo unos boxers de Calvin Klein blancos que contrastaban perfectamente con su piel morena. Su pelo ondulado estaba alborotado de una manera que lo hacía irresistiblemente atractivo, y esa sonrisa de satisfacción no había abandonado su rostro desde la noche anterior.

"Buenos días, depredadores," saludó dirigiéndose directamente hacia la ruleta que habían dejado en la mesa.

Iker apareció segundos después, y era evidente que había tenido una noche de sueños húmedos. Su cuerpo musculoso estaba cubierto únicamente por unos shorts de deporte tan ajustados que marcaban obscenamente su despertar matutino. Sus abdominales perfectamente definidos brillaban ligeramente por una fina capa de sudor, y esa mirada de depredador sexual que tanto caracterizaba a los dominantes natos.

Kim hizo su entrada somnoliento. Su pelo rubio platino caía sobre las gafas tintadas de una manera que lo hacía parecer un ángel perverso.

"Me la he cascado pensando en los chavales que sobaron ayer a Marc," anunció sin vergüenza revisando distraído su móvil. "Apuesto a que nunca habían visto a un hetero tan bueno dejándose tocar así."

Shy apareció teatralmente, como siempre,. Su cuerpo alto y fibroso se movía con esa gracia felina que caracteriza a quienes están acostumbrados a ser devorados con la mirada. El pelo rosa le caía sobre los ojos de manera seductora.

"¿Preparados para el show de hoy?" preguntó agitando su melena. "Porque tengo el presentimiento de que va a ser épico."

Dani fue el último en aparecer, tímido pero visiblemente excitado. Llevaba unas mallas de ballet negras que se ceñían a sus piernas como una segunda piel y una camiseta de tirantes que dejaba ver sus brazos tonificados. Su cabello rubio sedoso enmarcaba ese rostro angelical que contrastaba deliciosamente con la perversidad de sus pensamientos.

"¿Creéis que Marc se acuerda de algo?" preguntó con voz suave pero cargada de morbo.

"Imposible," respondió Alex acercándose a la ruleta. "Solo sabe que ayer tuvo un día... extraño. Pero hoy va a ser mucho peor."

Giró la flecha con ceremonia, y todos observaron hipnotizados cómo giraba y giraba hasta detenerse finalmente en una sección azul que decía: "HUMILLACIÓN EN EL GIMNASIO."

El grito de emoción de Iker fue tan fuerte que probablemente despertó a medio barrio.

"¡HOSTIA PUTA SÍ!" rugió dando saltos como un niño en Navidad. "¡Es mi día! ¡Es mi puto día!"

Los otros cuatro lo miraron con una mezcla de admiración y terror. T...