Perrito en: El Apartamento de los Traficantes II

La coca anterior aún te tiene a mil. El corazón te martillea, estás empapado en sudor, y tu culo necesita que lo llenen.

"Venga perra, súplica como una zorra drogadicta," ríe el negro.

"Por favor, folladme sin condón," suplicas con la voz ronca. "Quiero que me preñéis como a una perra drogadicta."

"Más fuerte, que no se te oye," dice el gitano.

"¡PREÑADME EL CULO! ¡QUIERO VUESTRA LECHE DENTRO!" gritas desesperado.

"Ahora mete la cara en la mesa y husmea esa raya como un cerdo," ordena el negro.

Bajas la cabeza hasta la mesa, pegas la nariz a la raya enorme y aspiras como un animal. La coca entra a chorros, quemándote las fosas nasales, el cerebro te explota de química pura. Te quedas ahí temblando, babeando sobre el cristal.

"Qué perra más viciosa," ríe el latino colocándose detrás. "Ahora sí que estás lista."

Sin avisar, te mete la polla de una estocada brutal. Gritas de dolor y placer mientras la coca hace que todo se sienta magnificado.

"Joder, qué apretada está la muy zorra," jadea empezando a machacarte.

El gitano se acerca a tu cara: "Abre la boca, perra. Vas a chupar mientras te follan."

Te mete su polla en la boca sin cuidado. Ahora tienes polla por los dos agujeros, y la droga hace que cada embestida sea como una explosión de sensaciones.

"Mírale la cara al maricón," dice el de la navaja. "Le encanta que la usen como un juguete."

El negro se masturba esperando su turno: "Esta perra va a estar bien llena cuando terminemos con ella."

Entre el latino machacándote el culo y el gitano follándote la boca, apenas puedes pensar. Solo sientes pollas llenándote por todas partes mientras la coca te tiene convertido en un animal en celo.

"Más fuerte," logras gemír cuando el gitano saca la polla de tu boca.

"¿Más fuerte quiere la zorra?" ríe el latino. "Pues más fuerte vas a tener."

Empieza a machacarte como un animal, sus huevos golpeando contra los tuyos con cada estocada brutal. El sofá se mueve con la fuerza de las embestidas.

"Aguántate esto, perra," dice el negro acercándose con otra raya preparada en un CD. "Métete esto mientras te follamos."

Te pone el disco delante de la cara. Con la polla del gitano otra vez en la boca y el latino destrozándote el culo, tienes que inhalar la coca como puedes. Te entra por chorros mientras te usan como un muñeco.

"Qué viciosa es la muy zorra," jadea el de la navaja masturbándose. "Mira cómo se pone con la coca y las pollas."

El latino acelera las embestidas: "Me voy a correr dentro, perra. Va a ser la primera preñada de muchas."

Lo sientes tensarse, y entonces explota dentro de tu culo. Chorros y chorros de leche caliente llenándote las tripas mientras sigues con la coca quemándote las fosas nasales.

"...