El Becario 5

-Buenos días Don Pablo- saluda Ismael sonriendo, viste otro de los trajes que le regaló Pablo y se ve apuesto, profesional y varonil, como ayer.

-¿No vas al gimnasio? ¿A qué hora mantienes ese cuerpo?- pregunta Pablo mientras abre su oficina

-Me levanto a las cuatro Don Pablo- le confiesa Ismael- a esa hora abren un gimnasio por mi casa para los mamados que trabajamos- añade sonriendo.

Pablo cierra la puerta detrás de Ismael, las persianas se quedaron cerradas la noche anterior que Ismael lo castigo.

-¿Y te da tiempo de bañarte y de venir?- pregunta Pablo poniendo las manos sobre el escritorio en el mismo lugar donde Ismael le hizo la inspección el día anterior.

-Si, me apuro y los fines de semana hago más horas en el gimnasio para compensar- dice acercándose a Pablo que lo espera sumiso con las manos sobre el escritorio.

Ismael le abre el cinturón, el pantalón y se lo baja despacio como el día anterior. Uno de los reglazos le ha dejado un pequeño moretón - lo tengo que castigar más seguido, tiene piel de princesa- dice acariciando la zona morada.

Después de abrirle las nalgas y manosear su culo, sin penetrarlo se levanta y toma su back pack - le tengo un regalo- dice

Pablo se mantiene con las manos en el escritorio y el pantalón en los tobillos- ¿ah si? ¿Lo puedo ver?

-Pues es un regalo, es suyo- dice Ismael poniendo sobre el escritorio delante de él una jaula de castidad- es grande porque lo tengo que entrenar para que cada vez las use más chiquitas.

Pablo agarra el cinturón y lo estudia- ¿y esto?- pregunta girándose a ver a Ismael

-¿Se lo sabe poner o se lo pongo?- pregunta Ismael

-Pónmelo- dice Pablo poniéndolo sobre el escritorio.

Ismael se hinca delante de Pablo sujetando sus muslos peludos, delgados, le acaricia los huevos peludos que le cuelgan bastante abajo- lo voy a tener que rasurar Don Pablo- dice- para que esté más cómodo en su jaula.

Ismael toma la jaula y la estudia- además, si yo voy a ser su Hombre usted no va a tener derecho a usar pelos ahí- le sujeta los huevos y pasa el aro de metal por ellos

-¿Vas a ser mi hombre?- pregunta Pablo relajándose y poniendo las manos sobre el escritorio

-O su Amo, todavía no lo decido- Pablo ríe, Ismael le jala los huevos para que entren bien en el aro, luego toma la parte que enjaula el pene y lo sostiene unos minutos

-¿Y de qué depende que seas mi hombre o mi Amo?- pregunta Pablo evidentemente divertido con la conversación

-De que decida si quiero que sea mi puta o mi esclavo - responde y se gira a ponerle la jaula en la verga. Forcejea un poco ante la erección de Pablo, Pablo gime un poco y luego la verga queda bien contenida dentro de la jaula

-Listo ya está- exclama tras ponerle el candado - no se vaya a rasurar. Me gusta ra...