El de la tienda de la esquina

Luis tenía poco de haber llegado al vecindario, era un hombre de 33 años, estatura promedio, delgado pero atlético, trabajaba tal vez en alguna oficina o quizá en un banco, por lo regular usaba pantalones “chinos” algo ajustados lo hacían parecer más alto y resaltaban sus glúteos, que no eran muy grandes pero su ropa y porte lo hacían lucir mucho. Dependiendo el tiro del pantalón y el color, de pronto se le marcaba un buen bulto en la entrepierna, siempre se fajaba su camisa de manga larga de botones, usaba lentes que lo hacían ver muy intelectual , era serio y tranquilo, parecía buen tipo.

Desde el principio llamo la atención de Iván de 20 años, era uno de los dos chavos que atendía la tienda de la esquina. Él tenía un estilo más relajado, solía usar pantalones más anchos de mezclilla, playeras oversize, a veces pants deportivos (esos si un poco más ajustados) y playera de algún equipo de futbol. No era delgado, pero tampoco gordo, solía hacer ejercicio en el parque cercano, no tenía un cuerpo atlético, digamos que estaba apenas definiéndose, eso sí la genética lo favoreció con un buen culo.

Siempre que Luis iba a comprar algo, Iván se apresuraba por atenderlo a él, no le daba tiempo a su compañero de hacerlo primero…Luis se daba cuenta de eso,
-Gracias- le decía al terminar su compra-.
-de nada, que le vaya bien- le respondía Iván-. Nada fuera de lo común, excepto por esas miradas y la tímida sonrisa de ambos. Definitivamente la atracción era mutua.

Algo que llamaba la atención de Luis eran los labios gruesos de Iván y su culo, sobre todo cuando se ponía esos pants deportivos. En una ocasión, una mañana muy temprano, cuando pasaba por la tienda, los chavos apenas estaban por abrir; Y Luis desde la calle de en frente no pudo evitar mirar a Iván agachado, con las nalgas paradas para quitar el candado que estaba a ras de piso y abrir la cortina metálica. De reojo Iván se dio cuenta que Luis lo observaba y eso le excitó, Luis volteo rápido hacia su teléfono fingiendo escribir un mensaje y continuó caminando.

Una mañana de domingo Luis fue a correr al parque, un short verde y una camisa sin mangas en color gris, en el área del gym al aire libre se topó con Iván, usando un levemente ajustado pants en color negro y una camisa blanca del real Madrid. Él no solía ir los domingos al parque porque había mucha gente, prefería ir entresemana por la noche después de su turno de la tienda, pero ese día fue distinto. Se saludaron - ¿Qué onda, le falta mucho? yo ahorita también voy a dar unas vueltas- le dijo Iván, -sólo un par, pero no me hables de usted- le contestó Luis jadeando y con una sonrisa, corrieron juntos un par de vueltas, y ya de regreso a sus casas ambos ya no tenían agua y estaba sedientos, como la casa de Luis estaba más cerca y quedaba de paso le ofreció a Iván ir a tomar un poco y descansar. Iván aceptó. <...