Perrito en: Cuarto Oscuro IV

Tu culo ha perdido toda forma, completamente moldeado a las tres pollas que te están destrozando. "Me voy a correr", jadea el de la barba. "Yo también", responden los otros dos. Los tres explotan dentro tuyo al mismo tiempo.

Cuando se apartan, quedas tirado en el suelo, temblando y goteando ríos de semen. "Siguiente ronda", grita alguien. Cuatro siluetas se acercan desde la oscuridad, todas con las pollas duras y brillantes.

"¿Todavía respira?", pregunta uno con una carcajada. "Las perras como esta nunca tienen suficiente", responde otro. Te levantan entre varios y te colocan contra la pared otra vez.

Los cuatro te rodean como una jauría. Uno rubio platino te levanta del suelo: "Vamos a terminar lo que empezamos, zorrita". Un moreno con cicatrices sonríe: "Este agujero ya está perfecto para nosotros". Tu cuerpo apenas responde, completamente entregado a los químicos y el placer.

"Dos por detrás, uno por delante, uno en la boca", ordena un tercero, calvo con brazos llenos de tatuajes. El cuarto, joven y delgado pero con una polla enorme, se relame: "Yo quiero la garganta".

Te colocan en una posición imposible, suspendido entre los cuatro cuerpos sudorosos. "Dale más poppers", dice alguien. El frasco aparece otra vez y cuando inhalas, tu mente se desconecta completamente de la realidad.

"Ahora", gruñe el rubio. Las cuatro pollas entran a la vez - dos destrozándote el culo, una por delante, otra machacando tu garganta. Tu cuerpo se convierte en puro agujero para ser usado.

"Mira cómo se lo traga todo", jadea el moreno de las cicatrizes. "Esta perra nació para esto". Los cuatro se mueven sin piedad mientras tu conciencia flota entre el dolor y el éxtasis químico.

Desde las sombras, más voces: "Después de estos, cerramos con todos a la vez". "¿Cuántos somos? ¿Ocho?" "Diez". Las risas sádicas resuenan en la oscuridad.

Los cuatro explotan casi al unísono, llenándote de leche por todos lados. Cuando se apartan, quedas tirado en el suelo como un muñeco roto, goteando semen por cada agujero. "Gran final", grita una voz desde la oscuridad.

Diez sombras emergen del cuarto oscuro, todas las pollas ya duras y brillantes. "La última ronda, perra", dice el que parece liderar el grupo. Tu mente está tan ida por los químicos que apenas procesas lo que está pasando.

"Que se acuerden todos de esta noche", se ríe otro mientras te levantan entre varios y te colocan en el centro del círculo. Las manos te tocan por todas partes, diez machos hambrientos rodeándote como lobos.

"Poppers para todos", ordena alguien. El frasco circula y el aire se llena de vapores químicos. Tu último pensamiento coherente se desvanece cuando sientes las primeras pollas entrando por todos lados simultáneamente.

Los gemidos, gruñidos y risas crueles se mezclan en una sinfonía animal. Tu cu...