Perrito en: Cuarto Oscuro I

El aire está cargado de humo y sudor cuando cruzas la cortina negra. La música del bar queda amortiguada y solo se escuchan gemidos, respiraciones agudas y el sonido de cuerpos chocando contra las paredes. Tus ojos se acostumbran lentamente a la penumbra y distingues siluetas moviéndose en los rincones.

Un tío corpulento te agarra del cuello sin preámbulos: "Ven acá, zorrita". Su aliento huele a poppers y cerveza. Te empuja contra la pared húmeda mientras otro macho se acerca por detrás, ya con la polla fuera.

"Mira lo que tenemos aquí", dice una voz grave a tu espalda. "Otro perrito buscando leche". Te bajan los pantalones de un tirón y sientes varias manos explorando tu cuerpo, pellizcos en los pezones, dedos que se abren paso hacia tu agujero.

El ambiente se vuelve más intenso cuando alguien enciende un mechero cerca de una pequeña pipa. El humo dulzón se extiende por el cuarto y los gemidos se vuelven más animales.

"Este culito necesita varios rellenos", gruñe el corpulento mientras sientes su glande presionando tu entrada sin avisar. "¿Verdad que te gusta así, sin goma, putita?"

El corpulento te embiste sin piedad mientras otro macho se coloca delante tuyo, restregando su polla sudada por tu cara. "Abre esa boca, perra", ordena mientras el olor a sexo y químicos te marea.

"Mira cómo se la traga", se burla alguien desde las sombras. "Este perrito está hecho para esto". Más manos aparecen, agarrándote el pelo, pellizcándote, pasándote un pequeño frasco bajo la nariz que te hace ver estrellas y relajar completamente tu culo.

El que te está follando gruñe: "Joder, qué estrecho... pero ya se va abriendo". Cada embestida te clava más contra la pared pegajosa mientras el otro machaca tu garganta sin contemplaciones.

"Siguiente", dice una voz. Se forma una cola detrás de ti - al menos cuatro tíos esperando su turno. El corpulento se corre dentro tuyo con un gemido animal y inmediatamente otro ocupa su lugar, esta vez más grande, más bruto.

"No pares de mamársela al moreno", te ordenan mientras sientes cómo el semen del anterior se mezcla con la nueva polla que te está destrozando. Los poppers pasan de mano en mano y el cuarto se vuelve un delirio de gemidos, sudor y leche.

"¿Te gusta ser la puta del cuarto oscuro?", te pregunta el moreno antes de llenarte la boca. "Porque todavía quedan muchos esperando..."

El moreno se corre en tu garganta y otro tío ya está esperando con la polla goteando. "Mi turno, zorrita". Es más joven, rapado, con tatuajes por todo el torso. Te agarra de las caderas y entra de una sola embestida brutal mientras tú todavía tienes semen goteando de la comisura de los labios.

"Joder, está reblandito de tanta leche", se ríe mientras te machaca contra la pared húmeda. Otro macho se acerca por el lado, polla en mano: "Chúpamela mientr...