Mi amigo Luis/Max 5 Cambio de rutina

La nueva dinámica de Max y Luis
Luis nunca imaginó que su relación con Tomás y su vida como Max iban a transformarse tanto. De repente, Tomás le confesó una idea que dejó a Luis pensativo: él también quería ser Max, no solo el fin de semana, sino durante la semana entera. Al principio, Luis resistió. Le parecía extraño que su novio quisiera “convertirse en perro” mientras él era humano. Pero poco a poco, siguiendo el juego, comenzó a entender un sentimiento que no esperaba: la libertad y felicidad que Max sentía eran tentadoras.

Luis se preguntaba si era por escapismo, por la paz de no cargar con responsabilidades humanas o simplemente porque el amor y cuidado que recibían ambos en ese rol daba una forma profunda de consuelo. Así, la relación entre Tomás y “Max” creció y se profundizó pareja y mascota a la vez, llenando esos días de gestos únicos y rutinas que se volvieron sagradas.

Rutina semanal de Tomás y Max
Mañana

Tomás se despierta temprano, abre las cortinas y Max ya está en la sala listo para recibir su saludo. Sin necesidad de palabras, Max mueve la cabeza y salta suavemente para empezar el día.

Tomás hace un calentamiento ligero con Max, jugando a buscar un juguete que Max debe traerle. Lo hace con una mezcla de comandos cariñosos y risas compartidas.

Luego, Tomás prepara un desayuno especial: comida para humanos para él y una mezcla adecuada para perritos para Max. Mientras come, Max “pide permiso” con la patita para acercarse o simplemente se recuesta feliz a su lado.

Mediodía

Después de hacer tareas o trabajar desde casa, Tomás saca a Max a pasear. Caminan juntos por el parque, donde Max corre y juega mientras Tomás disfruta verlo libre.

De regreso, aprovechan para hacer ejercicios de relajación: Tomás acaricia suavemente a Max, practicando técnicas de calma y “relax” para mantener baja su activación, inspirado en métodos profesionales para perros, como se ven en videos de adiestradores que Tomás estudia.

Max aprende nuevos trucos, cada uno reforzado con elogios y mimos, desde “sentar”, “dar la pata”, hasta “hacerse el dormido”. Tomás se siente orgulloso de cada pequeña victoria y Max disfruta ser el centro de atención.

Tarde

Cuando comienzan a cansarse, Tomás y Max ven series o películas abrazados en el sofá. Max se acurruca a los pies de Tomás o sube a su regazo, recibiendo caricias que bajan los niveles de estrés de ambos.

Max tiene su cama “canina” cerca de Tomás para descansar, y Tomás revisa mensajes mientras Max se queda dormido.

Noche

Antes de dormir, repiten la rutina de juegos tranquilos y cariño.

Tomás le habla a Max con voz suave, recordándole que es amado y especial en todas sus formas.

Max se acurruca para dormir, protegido y contento, mientras Tomás...