FITNESS DREAM (vol4)

…Notaba las últimas gotas de orina impactando en mis mojados muslos, cayendo desde mi mentón. Había retirado su enorme polla de mi boca, y eso, me permitía dar unas grandes bocanadas y retomar mi ritmo habitual de respiración. Desde mi posición de sumisión, levanté la vista en dirección a los ojos de mi descomunal gigante de color, parando momentáneamente, o eso creí yo, para observar su glande que seguía apuntándome. No pude contenerme, y usé mi lengua para limpiar la última gota que salía de su polla.

Me agarró el cuello con su enorme mano derecha y me obligó con un solo movimiento a ponerme de pie. Yo no tenía claro, cuál iba a ser su siguiente maniobra u orden, pero tampoco él perdió demasiado tiempo, ni tenía intención de explicármela. Me pasó su brazo derecho por encima de mi hombro izquierdo, dejando su mano apoyada en mi espalda, y agachándose un poco, colocó su brazo izquierdo en mi entrepierna, agarrando mi nalga derecha con su portentosa mano. Sin apenas esfuerzo de sus musculados brazos, había conseguido que nuestros cuerpos desnudos estuvieran pegados. Me sentía como un auténtico objeto sexual en sus manos… y aunque no hubiera sido sumiso y pasivo, poco habría podido decidir en esa situación frente a ese Hulk de color. Estaba soñando despierto… no podía imaginar que me estuviera pasando eso en el QSport Parc Valles.

Mientras me dejo suspendido en el aire, me ordenó…

D: “recoge un poco las piernas o te harás daño, zorrita”.

Obedecí sin entender, y fue entonces cuando me volteó por completo, como si de una muñeca hinchable se tratase, dando un giro de 180 grados, casi doy con mis piernas contra la pared. Cuando ya me tenía boca abajo, con su brazo izquierdo colocó mi muslo encima de su hombro izquierdo, para que yo no me deslizara hacía el suelo y recolocó su musculado brazo alrededor de mi cintura. Después con su otra mano, situó mi muslo derecho encima de su hombro derecho. Sin mediar palabra, el “Artista” metió mi polla en la gran boca de mi decidido campeón… era casi de chiste, mi rabo parecía un triste palillo botando encima de una experimentada lengua. Pero el campeón empezó a chupar, parecía una bomba de succión… joder.

Sujetando mi cabeza con su mano derecha, me dirigió hacía su tiesa polla, abrí la boca lo más que pude, para que entrara toda la que pudiera abarcar… empezó a violarme la boca de forma continuada. Sí, violar, porque con esas proporciones, nada era delicado… por más que quisiese jugar con mi lengua, con mis labios o abrir deliberadamente mi garganta, todo resultaba un desafío por el exagerado tamaño de su pene y el ritmo impuesto por la mano que tenía colocada en mi nuca.

Entre acometida y acometida, me permitía vomitar la bilis, saliendo esta como podía por la comisura de los labios, tapándome los orificios de la nariz y los ojos, y derramándose por toda mi ...