El regalo de la castidad - La primera cita

Y llegó el viernes acordado para la cita. Siendo la primera vez, habían acordado que la duración sería de un par de días, para que Dani experimentara y viera si realmente le gustaban aquello. Volverían a quedar el domingo para que la jaula fuera retirada y estarían en contacto para ver qué tal iba aquello durante el fin de semana.

La puerta del portal abrió con el ring característico, Dani subió al piso y encontró la puerta entreabierta tal como le habían dicho. Entró y cerró lentamente, para no hacer ruido y en el recibidor vio la silla con la bufanda colgada en un lateral. Se quitó toda la ropa y la colocó cuidadosamente en la silla y encima de ella el móvil, cartera y llaves. Se dio la vuelta mirando hacia la puerta y dijo en alto: 'listo'. Oyó el ruido de pasos acercándose proveniente del interior de la casa hasta que sonaron a su lado. Cuando cesaron, notó el contacto de la bufanda cubriendo la parte superior de su cara, cómo le rodeaba la cabeza y una segunda vuelta, dejándolo totalmente ciego.

'Ven', yo te guío. Dos manos le cogieron por la cintura y con apenas fuerza le fueron indicando que girara, que avanzara y le guiaron por el pasillo de la casa hasta encontrar el lugar, previsiblemente una habitación. 'Ponte de rodillas'. Dani obedeció y en sus rodillas notó blando en vez del duro suelo, había un cojín en el suelo, un detalle de su (futuro) amo. 'Vamos a ver qué tal lo haces' escuchó, a la vez que notaba algo que tocaba su cara y se dirigía hacia su boca, abriéndole los labios y seguidamente metiéndose en su boca, a la vez que unas manos lo agarraban por detrás de su nuca atrayendo su cabeza hacia la polla de Ander.

No podía falta una follada de boca, Ander le había dicho que era empezar a marcar territorio y dejar claro desde el inicio qué papel tenía cada uno. Ander disfrutó con aquella comida de polla, pero más gusto sentía pensando en cómo iba a ponerle la jaula por primera vez. Generalmente lo hacía con el sumiso quieto, mirando y dejándose hacer, pero esa tarde le apetecía de otra manera algo mas... fastidiosa. 'Suficiente, ponte de pies' dijo Ander, mientras sacaba su polla de la boca de Dani.

'Pon las manos atrás' le ordenó, a la vez que cogía un par de esposas de la mesilla. Click, click.. el sonido metálico se oyó claramente mientras Dani era inmovilizado. 'Espera aquí' oyó Dani, a la vez que unos pasos que se alejaban y de la misma volvían. Notó que la bufanda que le cubría la cara se movía y de la misma olió aquello que Ander acercaba a su nariz y aseguraba que se estuviera ahí quieto, colocando correctamente la bufanda. No iba a haber manera de quitárselo y Dani tuvo que convivir a partir de ese momento con el fuerte olor de los calcetines de entrenar que había usado toda la semana a petición de Ander. 'Espero que lo estés disfrutando' dijo Ander, a la vez que se situaba detrás de Dani, cuerpo con cuerpo pegado. <...