Andanzas del Templario, EL IRLANDES (real) (2 de 2)

ANDANZAS DEL TEMPLARIO, EL IRLANDES (2 de 2)

Le dije que claro que era normal, llevaba todo mi semen dentro de él, pero yo le había dado la oportunidad y el asintió, y ahora en cierta manera me pertenecía para siempre.

Además, le prohibí ir al baño a echarla hasta dentro de varias horas.

Él me abrazó más fuerte y me dijo que lo que yo quisiese.

A las 8 de la tarde tenía que irme a trabajar. No quería irme, pero también le dejaba solo tranquilo para ya ir al baño y arreglarse para salir después, que quedamos esa noche a la 1 de la madrugada en el mismo bar que nos conocimos.

Le vi de nuevo y nos dimos un beso de esos que paran el tiempo. Le dije si había ido al baño a tirar los Topsecritos antes de que cuajasen o si todavía los tenía y me dijo que había tenido que ir al baño, pero que después lo intentase de nuevo a ver si le preñaban por fin.

El hombre era una fiesta continua. Me presentó a mucha gente y a los dueños del bar que eran majísimos, también estuvieron con él.

Yo le regalé un dildo que era para excitarle la próstata, que empezaba a usarlo mucho en soledad porque le encantaba.

Me contó todas las relaciones que tuvo en Madrid, sobre todo una persona que era de Madrid que vivía en Inglaterra con su pareja, pero que quería tener algo fuerte con él.

No había día que no quedásemos y tomásemos menos de 4 copas o 5. Los dueños de bar incluso cerraban y mientras hacían todo nos permitían estar allí con ellos y tomar 1 o 2 copas más.

Todos los días durante mes y medio que estuvo en Madrid quedábamos antes de la hora de comer, hasta las 8 pm y luego desde la 1 am hasta la hora que nos apeteciese.

Una mañana le regalé una rosa roja preciosa, que para mí significa mucho y él se puso a llorar porque era la primera rosa que le regalaba un hombre.

Hablamos de lo que le había traído a España, el tema de negocios, y yo le podía ayudar bastante, lo que hice todo ese tiempo y tuvimos reuniones importantes.

Recuerdo que fue el único al que besé sin miramientos en la Plaza Mayor, en un Restaurante normal, frente al Acueducto de Segovia...

Estuvimos un día conociendo y comiendo en Segovia, otro en Toledo, otro en Ávila... y así por las zonas cercanas a Madrid con encanto, lo pasábamos bestial juntos.

Se acercaba el día de su marcha, pero iba a irse a Bulgaria por los negocios de allí durante un mes y luego iba a volver conmigo a Madrid para finalmente acabar en una isla griega donde tenía más negocios, pero ya había algo tremendamente fuerte entre ambos.

Llega el momento de irse, era el día de su cumpleaños además cuando viajó. Se fue con un regalo mío metido en la maleta que no se dio cuenta hasta que llegó a destino, una cosa muy útil para arreglarse la barba.

Seguimos en contacto des...