Andanzas del Templario. EL IRLANDES (1 de 2)

ANDANZAS DEL TEMPLARIO, EL IRLANDES 1 de 2



Gracias a todos los que os ha gustado el relato de CLICK, CLICK, ZIIIIIP. Iba a dar por concluidos los relatos, pero vuestras peticiones me han animado a contar mi historia ya desde el punto de vista de Amo, historias curiosas que salen de hechos totalmente reales con algunos de los aproximadamente mil gorditos que he penetrado.

No os las perdáis porque de verdad son reales y son absolutamente increíbles por una cosa o por otra. Comenzamos las andanzas con el relato de EL IRLANDES, que el final es mejor que una película de ficción.

Comenzamos...

Corría el año 2012. Yo sólo iba a los bares de ambiente cuando algún buen amigo del mundo bear venía a Madrid y quería ir.

Hacia muuuuuuchos años que dejé de ir regularmente, es más, apenas estuve yendo como 3 meses hace muchísimo.

¿Por qué?.

Pues no era porque no me gustasen los hombres que veía ni porque no quería que me viesen allí, eso realmente me daba igual, el que me viese allí también tendría que contar, ¿no?, además eso gracias a Dios ya paso a la historia.

Fue porque yo era “animal de pareja” y cuando estaba con alguien “ESTABA”, y me sobraba el mundo.

Es una forma madura de vida, si estoy con pareja y sigo yendo, ¿qué clase de pareja quiero formar?

Otra cosa es que tenga amigos en el ambiente, claro que los tengo, y buenos amigos, pero a esos los veía fuera del ambiente o incluso dentro si se terciaba algo que no podía rechazar.

Mi expareja (hombre) seguía viviendo conmigo.

Trabajábamos juntos y teníamos ya una relación casi de hermanos por compartir 10 años de la vida juntos. Habíamos dejado la pareja hacía meses, pero tampoco podíamos ir de bares porque el trabajo era de hostelería también y acabábamos tarde y machacados.

Como os decía, ese día salí porque vinieron de Sevilla unos amigos que quería estar tomando algo con ellos.

Me citaron en un bar muy chulo que ahora ha cambiado de sitio, en la calle Belén que estaba en aquel entonces. Me lo pasé genial, la música era muy muy buena para los de mi época.

Allí coincidí con buenos amigos también, de Madrid.

Una pareja me comienza a hablar de un irlandés que quitaba el hipo, que estaba en Madrid y que habían estado con él los dos hacia días.

Seguimos de fiesta cuando de repente aparece el irlandés.

¿Os acordáis de mi suegro en el otro relato? Pues estaba como él de bueno, más de mi altura y con un señorío, personalidad y humor inigualable.

Era uno de esos seres que en el mundo existen muy poquitos. Yo había tenido ya un italiano, un americano y un inglés que eran simplemente perfectos y si no hubieran existido los hubiese dibujado, impresionantes.

Yo me quedé impactado, pero and...