CLICK, CLICK, ZIIIIIP. XXXIV.- EL CAMPEONATO DE MUS ♠️

Yo en estos momentos le odiaba, aunque tenía la duda de si luego me acabaría dando morbo, pero lo dudaba de verdad. ¡Cómo se puede hacer eso con su propio yerno!

Estuve avergonzado una semana durante la cual no quería verle.

Cuando por cojones tenía que coincidir con él siempre me inventaba alguna excusa para estar lo mínimo junto a él. Mi suegro el cabronazo lo notaba y se ponía a cantar sin letra la canción “Ay nuerita” y se tocaba el paquete todo el rato.

Le odiaaaabaaaaaaaaaaaaa.

Pero a la semana siguiente empezó a darme un morbo totalmente ilógico, pero es lo que había.

Cada día que pasaba iba ganando él, y a las tres semanas yo ya le hablaba tan tranquilamente y él todo hinchado como un pavo de quedar una vez más encima de mí.

Subíamos a su casa en el ascensor, nos teníamos que dividir por que eramos muchos y me quedé con él sólo un momento.

Con todo su porte y con lo guapo que estaba me dice...

A: ¿Ya has asumido lo último, nuerita?

Le miré como cabreado, pero al instante pulsé el Stop del ascensor, me puse de rodillas y le dí una buena repasada a todo su paquete con mi cara y le dije que era un cabronazo, pero que tenía razón y ya me estaba dando mucho morbo lo que me hizo. Soltamos el Stop y seguimos subiendo cuando me dijo “ya te tengo comprado un tanga de encaje y un sujetador”. Me revolvía dentro de mí pero estaba ya deseando que me citase de nuevo.

Ya disimulamos y pasé el día todo feliz de estar a bien con él.

Estuvimos hablando de un campeonato de mus que se iba a celebrar en un centro comercial donde él tenía un local.

Él, junto con su compañero de mus habitual, era un experto en el mus y mi mujer y yo habíamos ganado campeonatos de mus en la facultad, por lo que no se nos daba nada mal tampoco. Y decidimos apuntarnos las dos parejas.

Ya empieza el campeonato y vamos jugando partidas y eliminando parejas, y llegamos a la gran final mi suegro y su compañero y mi mujer y yo.

Él pensaba que iba a ser un paseo militar ante nosotros pero llegamos al final con empate a 3 juegos y en el último ibamos ellos 39 piedras y nosotros 37 (jugabamos a 40).

Las cartas no nos sonreían a mi mujer y a mí, y cortaron ellos el mus.

Mi mujer solo tenía un pito y no tenía pares y yo no tenía tampoco parejas, pero tenía 30 al punto y era mano. Lógicamente no me iba a valer si ellos llevan juego, pero bueno, como cortaron ellos el mus había que empezar a hablar a ver qué pasaba.

Con toda la chuleria y su puro en la boca echan 15 a grande. Logicamente si digo que no quiero se llevan 1 y se salen, por lo que tenia que echar ordago o simplemente verlo. La grande la perdíamos seguro porque no teníamos ni un solo rey, pero yo echo cuentas y veo esas 15, tengan en cuenta que se anotan por orden...