Luna en Cáncer 2

El sol está en su punto… hace un calor terrible… mis nalgas arden, por el reflejo en el auto puedo ver que tienen marcas…

Pero el dolor en mis huevos y mis pezones me tiene enfocado… estoy lavando el coche de papá… si el mismo pinche coche al que le estrellé el faro, le hundí el cofre y le rompí la facia.

Mi papá me trajo de los cabellos en cuanto se fue Joaquín- ¡desnúdate cabrón!-me gritó sin soltarme de los cabellos, me quité con los pies los zapatos, pantalones y calzones.

-¡Desnúdate todo!… ¡quítate los calcetines!- me salieron lágrimas cuando me agaché para quitarme los calcetines pues mi papá me seguía manteniendo agarrado de los cabellos. Luego me soltó para que me quitara la playera.

Me hizo ponerme en cuatro patas y me aventó en la cara una cubeta que apenas alcancé a esquivar con mi mano.

Luego unos trapos y un cepillo- quiero ese coche limpio cabrón- me dijo- lo quiero reluciente- insistió quitándose el cinturón. Un golpe de su cinturón en la espalda me hizo comprender que no está bromeando. Me apuré a llenar de agua la cubeta y le tiré jabón

-Rápido cabrón- me dijo dándome dos azotes en la espalda con el cinturón

Ya me tenía enojado -¡ se está llenando el agua!- le dije de mala gana… no había terminado la frase cuando el cinturón en las nalgas me provocó un ardor tremendo- ¡no me respondas pendejo!-

Se fue hacia el fondo del patio donde mamá suele tender la ropa, yo me enfoqué en la cubeta y no me di cuenta de lo que hacía… estaba recolectando pinzas de ropa del tendedero.


-Párate derecho y pon las manos detrás- lo obedecí extrañado… jamás me hubiera imaginado que alguien me pondría algún día pinzas de ropa en los pezones ¡mucho menos mi papá!

Entre la sorpresa y el miedo la primera pinza me dolió de a madres… luego me puso la otra en mi otro pezón y lo vi sonreír.. ¡estaba sonriendo!

Las pinzas se sienten como un pellizco interminable que va y viene…es un dolor tolerable pero al fin dolor, intenso y molesto.

No se detuvo ahí, me agarró los huevos… con rudeza, casi sentí que me los aplastaría… me aguanté las ganas de gritar, se agachó y me espanté… luego me puso una… dos… tres pinzas en el huevo derecho… ahí si que dolieron más, o tal vez es el orgullo, no lo sé… luego uno… dos… tres… ahhhh ya no puedo con este dolor… cuatro en el huevo izquierdo.

-Te las voy a quitar hasta que termines- me dijo y lo está cumpliendo.

Cuando tiré el trapo con jabón sobre el cofre y comencé a lavarlo empezó el verdadero suplicio.. me muevo tan lento porque tengo que abrir las piernas para no jalarme las pinzas… estoy lleno de dolor y me siento ridículo… mi papá sentado tomándose una cerveza..

Me duele cuando camino y escucho las pinches pinzas ha...