Recursos Subhumanos 7

-Sígueme fag- me ordenó Libardo saliendo de mi cuarto, lo seguí por el pasillo a cuatro patas como un animal obediente, era una noche fría, me llevó a una zona boscosa y muy oscura del jardín, no se veía casi nada. Libardo traía una linterna que dirigió hacia mi.

Había preparado una mesa con algunos utensilios, el silencio era sobrecogedor. Libardo se dirigió a la mesa y tocó la melodía en el pequeño artefacto de cilindros de metal

TINTONTANTAAAN

Su sonido rompió el silencio de la noche y penetró profundo en mi mente. Me puse de rodillas con el pecho hacia afuera, las manos detrás y la mirada al piso.

-¿Porqué estás aquí fag?- me preguntó parándose delante de mí.

-Para capacitarme Señor- dije con voz tenue consciente de que era una respuesta boba

-Me refiero a aquí y ahora fag- insistió Libardo

Me quedé en silencio

TINTONTANTAAAN

-Cuando esta campana suene, a partir de hoy quiero que asumas que estás aquí para complacerme, obedecerme, servirme y darme placer- me ordenó

TINTONTANTAAAN

-¿Para qué estás aquí fag?

-Para complacerlo y…- olvidé las demás, me dió un fuerte azote en el pecho con una fusta que tomó de la mesa- obedecerme- volvió a pegarme en el pecho- servirme- me dió un azote en la espalda -y darme placer- añadió pegándome en ambas nalgas- quiero que reflexiones cada palabra para que lo comprendas

Volvió a sonar la melodía y mi mente se viajó abandonando mi cuerpo… tengo solo destellos de lo que sucedió después

… Complacerlo… me decía una voz mientras mi lengua le lamía los huevos, muy despacio, saboreándolos, sintiéndolos, venerándolos- lame fag, lame bien, de arriba a abajo… dame placer, no lo haces para complacerte sino para complacerme a mí… tu lengua es un objeto más… tu lengua está para servir los huevos de los verdaderos hombres- seguí lamiendo, enfocado, comprometido… no lamía sus huevos, los veneraba…

Mis ojos estaban fijos en aquellos grandes huevos peludos… mi mente se repetía una y otra vez que debía complacerlo… complacerlo… lamía y lamía cumpliendo con su orden…

-No los chupes, no los lamas, venéralos- me decía y mi lengua buscaba obsesivamente complacerlo… era una necesidad urgente que se sintiera satisfecho…

-aahhhh buen chico- me dijo y mi cabeza explotó en un placer extraño… estaba logrando el objetivo… Libardo estaba satisfecho.

Obedecerme… dijo una voz y miré delante de mí un plato con comida de perro. No croquetas sino de esa comida de sobre, Libardo tenía la verga de fuera y orinó dentro de mi plato mientras yo a cuatro patas miraba aquel platillo volverse algo cada vez más desagradable… cuando terminó de llenarlo el plato estaba lleno hasta los bordes y los pedazos de carne para perro flotaban de ...