Recursos Subhumanos 3

Un día después de mi charla con Ulises me citaron en recursos humanos, cuando llegué a las oficinas, ya en proceso de desmantelamiento, me sorprendió enterarme que habían despedido a una señora que llevaba trabajando en ese departamento desde que se abrió la empresa; en su lugar contrataron a un hombre de 30 con cuerpo de fisicoculturista. Se llama Libardo.

Libardo es un hombre blanco, de cabellos rizados, ojos claros y perfil italiano. Me hablaba con modales autoritarios y la frialdad de alguien que no sabe que soy amigo del dueño de la empresa.

Libardo me explicó que la fábrica cerraría y que tenía que liquidarme, me extendió un cheque en el que confirmé que la suma era muy buena, pero yo tenía que luchar por conservar mi puesto.

-Oye Libardo- le dije sin tocar el cheque- me han dicho que hay un nuevo programa en recursos humanos que está buscando personal, ¿puedo aplicar?

Libardo me estudió de una forma extraña, finalmente me dijo recogiendo el cheque- ya no te presentes a trabajar mañana. Si hay lugar para ti en ese programa te buscaré en tu teléfono y si no te pediré que regreses a firmar los papeles y a recoger tu cheque -

No habían pasado 24 horas cuando el propio Pablo me habló por teléfono, me citó en un restaurante de lujo lejos de la fábrica

-Wey- me dijo algo nervioso después de hablar de muchas cosas para distraernos un poco- me dijeron que quieres aplicar para el proyecto de recursos humanos

Mi corazón empezó a palpitar fuerte, Pablo me consideraría y no perdería mi trabajo- si amigo-le dije - ¿podrías ayudarme a entrar en ese programa?

-Hugo, no sé cómo te enteraste, pero el programa ese es muy demandante y hasta cierto punto… difícil… no te lo recomiendo hermano, no me gustaría verte ahí- me dijo.

-Pablo, ¿quieres que me arrodille a pedírtelo lo hago?- le dije- en verdad necesito conservar el trabajo

-¿En serio te hincarías? - me dijo nervioso

-Haré lo que sea necesario

-A ver Hugo, si tuviera algo que ofrecerte sabes que eres mi amigo y te contrataría, pero mudar la empresa me está costando millones y no puedo ofrecerte nada, por favor acepta el finiquito- me dijo

Me levanté de mi asiento y me hinqué- te lo ruego- le dije, Pablo se sonrojó

-Párate cabrón- me dijo muy serio, lo hice - a ver es un trabajo de mierda, para cabrones que no tienen muchas opciones

-Yo no tengo opciones- le respondí

-Esta bien- me dijo- te daré ese empleo porque eres necio y porque eres mi amigo. Pero como amigos te digo que te estás equivocando- no nos sentimos cómodos para terminar la charla, Pablo se ofreció a pagar la cuenta y lo acepté de buena gana. Me levanté y me fui.

-Mañana a las ocho preséntate con Libardo, yo le avisaré que quieres entrar al programa y que conste cabrón que lo hago s...