Y SI EL QUE ME DESVIRGÓ ERA UN CABRÓN? (2)


Pues sí, como os dije en la primera parte del relato, acabé enviando una nueva carta a ese tipo. El único que había sido suficiente espabilado para montarme una pequeña encerrona, quedando en un bar, justo al lado de lo que luego descubrí que era un apartamento alquilado por horas. No puedo recriminarle mucho, en realidad, sólo me dió lo que deseaba pero que mis miedos no me permitían hacer. Él simplemente supo como romper mis barreras hasta conseguir lo que quería: desvirgar a un jovencito guapetón.

El segundo encuentro fue a las afueras de la ciudad. Llegué con el coche de mis padres, pues en esa época aún no tenía uno propio y aparqué en frente de una fuente. El sitio era bastante bonito.

Él no tardó en llegar, le reconocí al bajarse de un taxi a pocos metros de donde estaba. Tampoco era muy difícil encontrarse. Era una zona tranquila y sin mucho movimiento.

Él también me ha visto, se viene hacia mí y entra en el coche.

- Buenas tardes Jota

- Buenas tardes.

- No seas tímido, si ya nos conocemos bien. Y eres tú quien me ha contactado, no?

- Sí, sí.

Hace una tarde preciosa, casi llega el verano, se está poniendo el sol.

- Bien, bien, me alegro. ¿Conoces esta zona?

- Sé que es la montaña de Montjuic, pero jamás había estado por esta parte.

- Te gustará, es una zona de cruising con bastante actividad cuando cae el sol. Aquí podremos jugar tranquilos, porque solo viene gente que quiere jugar como nosotros. Es una zona discreta y más barata que el apartamento de alquiler por horas.

No le contesto, tampoco sabría qué decir. Pasan unos minutos en silencio. Yo miro afuera, efectivamente está oscureciendo. Y ahora me fijo que hay un par de coches más con gente dentro.

- Bueno… aquí me tienes, que es lo que querías.

- Pues quería verle.

- Verme? Claro. Hablar del tiempo y tal no?

- No, bueno, eso no.

- Vives a más de 50 kilometros, así que hoy vas a conducir más de 100 kilometros para charlar un rayo, ya veo.

- No es eso, ya lo sabe.

- Me temo que hoy no va a ser tan fácil, no te va a salir gratis.

- A que se refiere? gratis?

- Quiero escucharte. Después de pocos días me contactaste para quedar, dime la verdad, te has pajeado recordando como te follé?

- Sí, lo he hecho.

- Venga joder, que tienes 21 año, no eres un crío. Dime, lo pasaste bien verdad cabrón?

- Sí, mucho, había estado con hombres, pero jamás había disfrutado así.

- Bien, ya vamos llegando a ello, quiero oírte…

- Me gustó mucho señor.

- No es eso lo que quiero oír ahora, ¿a qué has venido?

- Quiero repetir.

- Casi, pero no es eso lo quiero oír,...