Nos veíamos a diario, estábamos en la misma facultad, él un año más, por lo que no nos influía en clase. Nadie notaba nada, todo era normal porque éramos amigos, los mejores amigos.

Recuerdo que, desde entonces, ese verano cuando salíamos de copas (todos los días), cuando había que cambiar de sitio íbamos en su coche o en mi moto y nos perdíamos un momento y llegábamos siempre tarde después de habernos besado, chupado, pajeado, etc...

Regresé ese verano a Madrid un poco antes de lo normal, el 25 de agosto. Mi amigo el gordito seguía en el pueblo, ya empezaba a echarle de menos.

Había poquísima gente en la ciudad, seguían de vacaciones, y yo realmente también porque la facultad empezaba el 15 de septiembre.

Había quedado con unos amigos en tomar algo cerca de aquel piso donde iba a ser desvirgado que luego pasó al revés. Ese 7º piso, el ático, que luego me dejé las llaves en el baño, volví a por ellas y estaba Don Antonio con el que luego descubrí que era el Director del Colegio, recordáis.

Cuando estamos a punto de despedirnos, a las 9 de la noche, vi una figura impresionante que se acercaba donde estábamos nosotros. A medida que se iba acercando iba confirmando su porte y su virilidad. Era el Director de mi antiguo colegio, Don Manuel. Estaba aún mas atractivo.

Nos cruzamos y me dijo “heeeeey Topsecret, que alegría verte. ¿Como estás aparte de guapetón?”

En ese momento mi cabeza voló a un año antes en que follé a Don Manuel viviendo escenas curiosísimas, porque él era una Amo, pero pasivo. Es como si me follara él metiéndose mi rabo por todos lados, mandando él.

Apenas me salían las palabras porque estaba guapo, guapísimo. Venía con pantalón corto azul claro, enseñando unas piernas gordas y fuertes que quitaban el sueño, y traía una simple camisa blanca abierta hasta la mitad, por lo que dejaba entrever su pecho.

El paquete era el de siempre, UN PAQUETON, que era una lastima que no se empalmase, pero bueno...

“Sube a tomar algo, anda, estoy solo de momento” -me dijo- y subí.

Ya en el ascensor estaba completamente a su merced, me fue besando todos los pisos y al llegar más aún, entrando en el apartamento sin haber dejado de besarme.

“que guapo estas, de verdad” -dijo-

“que diga eso usted es un honor pero el que está aún más impresionante es usted, bufffffffff, madre mia que osazo” -contesté-

D: “te voy a sesionar hoy eh, que lo tengas claro”

(repito que sesionar él es sesionar pero el que mete soy yo)

T: Menos decir y más hacer, y me puse de rodillas ante el.

D: No, no vamos a empezar todavía, te quiero explicar que es lo que pasa hoy y tu decides si quieres.

Antonio, ya sabes, cada año le folla un alumno, o dos, o los que caigan, y a veces queda con al...