(Estos relatos están basados en parte en fantasías propias del autor, PERO EN UNA GRANDÍSIMA PARTE SE CORRESPONDEN A HECHOS TOTALMENTE REALES VIVIDOS POR ÉL, que parecen sacados de su imaginación pero que de verdad ocurrieron. Viva la vida que te sorprende y enriquece con este tipo de cosas. Lo que es realidad y lo que es fantasía lo dejo a elección del lector. Podéis preguntarme cosas puntuales, que no voy a mentir, pero sí, no sé si lo voy a contestar. Depende de la pregunta. Espero que os guste.)



Y siguió diciendo: “Pero lo que nunca hubiese imaginado es que alguien tan heterosexual como yo era y de tan corta edad, pudiese en unas 15 palabras decir algo tan extenso y en el fondo tan bonito, porque nada debe reprocharme, al contrario, gustar a alguien y que te lo diga es para decirle “gracias”.

Me preguntó también si yo había dado el paso con algún señor o señora de tener contacto sexual, porque también él me podía aconsejar lo que se debe o no hacer. Que no era un consejo con los hombres en particular sino con las personas maduras en general porque era lo que él creía ver de mí y podría aprovecharlo.

Le comenté que en realidad era virgen, que no había estado aún con una mujer y menos aún con un hombre. Yo no me atreví a decirle nada de las escasas aventuras que había vivido hasta entonces.

... Y seguimos moviendo fichas...

No me había dado cuenta durante la partida de porqué tenía una fijación por comerme la reina, mucho más de lo normal, que al final me la comió, y de por qué me dejo vivos varios peones que tuvo a su alcance y no comió.

“Te toca” -dijo-

Mientras movía siguió diciendo: “Venga, ¿problema resuelto chiquitín? Estate tranquilo porque de mí nunca va a salir una palabra de lo que ocurrió ayer, que como te he dicho antes, no es nada malo, al contrario, es un honor. ¿Vale?”

Si ya estaba en un pedestal, ahora más todavía. Le contesté “¡¡¡ VALE !!!”. Y nos chocamos las manos como buenos amigos.

Me dijo, venga, vamos a ponerle al juego algo más divertido. Cada vez que uno coma un peón al otro tiene que quitarse una prenda. Los dos zapatos y los dos calcetines cuentan como una prenda.

...

...

?????

¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?

Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhgggggggggg.

Dios santo, no me lo esperaba

¿Qué quería decir? - pensé para mí-

Me quedé en blanco.

Le dije “Pero Don Juan, yo..., yo...”, era la primera vez en mi vida que me dejaron sin poder reaccionar. No sabía si me había empalmado pero la excitación de aquel instante era insuperable. Lo único que tenía claro es que la cara se me puso como un tomate que no podía controlar por los minutos que me duró. Cada acto a partir de entonces era conmigo con la cara coloradísima. Sup...