Mi ex y su novio 2

-Quiero ver como te lo follas amor- Dijo Migue a Marco tocándole el paquete a su novio que ya marcaba una buena erección.

-Paciencia amor, que hay que castigarlo bien a este puto...-Contestó Marco mientras yo seguía afanado lamiendo los pies de ambos. Metía mi lengua entre los dedos y recorría sus plantas de ese hermoso color rosa. Apenas les saqué los calcetines sentí un suave olor a sudor que fui lamiendo centímetro a centímetro. No había estado nunca a los pies de dos tíos, y tener 4 pies para mí era una delicia.

-Tienes razón, vamos a darle caña a esta perra- Dijo Migue. Cuando comenzamos a ser novios no nos habíamos revelado todos nuestros morbos y fui yo el primero en que una vez le lamí los pies mientras me follaba... le encantó y luego él también me los lamió a mí. Poco a poco fuimos explorando más cosas hasta jugar alguna vez con roles de dominante sumiso, pero juegos muy livianos. De hecho nunca me había dicho perra y eso me sorprendió, y me puso más cachondo.

Migue se puso de pie y caminó hasta ponerse a mis espaldas mientras Marco con sus pies me ordenó que continuara en mi labor. No sabía qué iba a hacer Migue y me puse nervioso cuando sentí que se desabrochaba el cinturón.- Ponte en cuatro patas- Pensé que iba a follarme, pero se sacó la correa y la chasqueó antes de darme un azote en las nalgas con ella haciéndome chillar.

-Calla perra! Y sigue lamiendo mis pies- Ordenó Marco y obedecí. Migue me dió unos 4 azotes más que me dolieron, pero la verdad es que por la calentura me produjeron una sensación de humillación y placer extraña. Mi polla estaba a full, soltando precum sobre el suelo, y Migue lo notó.

-Te está gustando eh Paco?- Nunca llegamos tan lejos cuando éramos novios...

Migue se acercó a acariciarme las nalgas enrojecidas ...

-Que buen culo tienes cabrón!- Me me separó lo glúteos y escupió en mi ojete pasándo su dedo suavemente...haciéndome gemir.

-Me toca a mí- Dijo Marco poniéndose de pie. Migue se sentó en el sillón, pero no puso sus pies, sino el paquete aún con sus vaqueros. Me sujetó la cabeza y le lamí el bultó. En eso sentí el azote de Marco, el primero de unos cuantos.

Noté que no los daban con todas las fuerzas, controlados pero firmes. Supuse que lo hacían de vez en cuando y me dió morbo entender que Migue era azotado por su novio o viceversa... Aguanté el dolor con la cara metida entre las piernas de Migue que pronto abrió su pantalón y sacó su polla erecta y mojada y me la metió en la boca.

Marco dejó el cinto a un lado y acarició también mis nalgas y con saliva comenzó a dilatar mi ojete. Yo seguí chupando la polla deliciosa de Migue que a ratos me sostenía la cabeza para clavármela hasta atragantarme. Apenas podía respirar cuando sentí que Marco me metía su pollón hasta el fondo sin miramientos. Quería gritar, pero...