Escrito por:
731 palabras
Él era uno de los contactos que tenía poder sobre mis fotos. Él pedía y yo enviaba, daba igual lo degradante que fuera la escena requerida. Siempre borraba mi cara para que no se me reconociera, hasta que un día envié la original sin darme cuenta. Para cuando quise arreglar el error, Él ya la tenía y así me lo hizo saber.
Como Él era un hombre razonable, me ofreció un trato: asistir a una de sus fiestas. Si me negaba, esa foto empezaría a circular. Evidentemente acepté y ese mismo fin de semana fui citado en un polígono industrial. Todo estaba vacío y cerrado excepto una nave.
Él mismo me abrió la puerta y me acompañó para explicarme en qué iba a consistir la noche y las diferentes zonas entre las que iba a moverme.
La primera sección era la de los vestuarios donde simplemente había unas taquillas numeradas del 1 al 12.
La siguiente sección tenía un cartel a la entrada que ponía "Establo". Al entrar vi una docena de taburetes con un collar y correa, una polla de goma pegada y su correspondiente número y, detrás, una pizarra con los 12 números escritos a modo de marcador.
Por último, la sección más grande estaba llena de todo tipo de material bdsm, camas redondas gigantes, sofás, potros, cruces, camas de ginecólogo, sillas de dentista, columpios, un pequeño escenario, una zona de duchas y meaderos, un jacuzzi bastante grande y una barra de bar.
Hecho el recorrido, Él me explicó que yo sería parte de una docena de putitas y que mi noche transcurriría entre estar empalado en el Establo y servir a quien me eligiera de la manera que esa persona eligiera. Por cada servicio el hombre de la pizarra añadiría una marca a mi número en la tabla.
Me llevó a la zona de taquillas, me pintó un 7 con un rotulador permanente en la espalda, pecho y frente, y se fue. Me desnudé, guardé todo y me fui a ensartarme y esperar. El collar y la correa estaban convenientemente enganchados al taburete, como buen Establo que era.
Cuando llegaron los otros once chicos me di cuenta de que iba a acabar último: todos eran muy jóvenes y guapos, en contraste con mi cuarentena y cuerpo escombro.
Tardó bastante, pero por fin llegó mi primer "cliente". Desató mi correa y me llevó al escenario. "Baila como una stripper y humíllate para mí", como si lo de bailar no fuera ya suficiente humillación por sí mismo. Cuando decidió que ya había dado suficiente pena, me puso a sus pies y me folló la boca hasta que me chorreó toda la cara. Satisfecho, me dejó de vuelta en el Establo.
El resto de la noche no fue mucho mejor. Empezaban a notarse los efectos del alcohol y drogas sin control. Uno se quedó dormido encima de mí mientras me follaba, otro se meó dentro de mi culo después de preñarme, y otro directamente fue incapaz de empalmarse y me tuvo mamándosela hasta que se aburrió.
Al final de la noche los invit...
El trato
Xtudr, el chat esencial para los fetichistas gays, te conecta con miles de chicos en tu área que comparten tus gustos. Disfruta de la comunicación instantánea enviando y recibiendo mensajes.
Explora una forma rápida, sencilla y divertida de conocer gente nueva en la red de encuentros para chicos líder como Desconocido.
Con Xtudr, puedes:
- Crear un perfil con fotos y preferencias.
- Ver perfiles y fotos de otros usuarios.
- Enviar y recibir mensajes sin restricciones.
- Utilizar filtros de búsqueda para encontrar tu pareja perfecta.
- Enviar y recibir Taps a tus favoritos.
Regístrate en la aplicación fetichista y BDSM más popular y comienza tu aventura hoy mismo.
https://www.xtudr.com/es/relatos/ver_relatos_basic/41418-el-trato