De Vacaciones con Andrés 2

Escrito por: Switchpoblano

Camino a cuatro patas detrás de él, cargando en mi boca… mi hocico… la bolsa con souvenirs que compró en el Centro de la Ciudad.

Me siento como su mascota… soy su mascota, un perro fiel que camina detrás de su Humano.

-¡Sentado!- me ordena apuntándome con el dedo como si fuera… como le hablaría a cualquier perro. Me quedo arrodillado con mis nalgas sobre mis tobillos y las patas delanteras estiradas.

Lo miro cocinar - cuando seas mi perro podrás verme a la cara, si eres mi esclavo solo podrás mirar al piso- me dijo el día que me entrenó como su mascota, el Amo Andrés es tan preciso en la forma de tratarme que aunque soy un tonto inferior comprendo perfecto cuando quiere un esclavo y cuando desea tener un perro.

Se pasea por mi cocina usando los utencilios que le da la gana, sabiendo que yo seré quien los lave después de que se quede dormido.

Después de prepararse la cena se sienta a comer. Se quita los zapatos con sus pies y me truena los dedos para que me ponga en cuatro debajo de la mesa… ha caminado todo el día, sus pies huelen muy diferente al aroma limpio y enjabonado de la primera noche, huelen a sudor y a zapato, a él, a su verdadera esencia.

Lejos de sentir asco por el olor de mi Amo en realidad lo disfruto, es un aroma intenso y penetrante, sucio, a Macho y me excita olerlo antes de pasarle la primera lamida por el empeine. Acerco mi cara y me lleno de su olor fuerte con hambre, deseoso de lamerlos y tragarlos.

Se los lamo completos de arriba a abajo, del tobillo a sus dedos, agradecido, soy su perro fiel y es un honor ser el perro de un Hombre tan joven y tan apuesto.

Lamo entre sus dedos sintiendo las texturas del polvo y el sudor acumulados dentro de ellos, los limpio con la devoción de un sirviente, son unos pies tan largos y bonitos, perfectos, bien conservados y apestan… delicioso…

Me meto sus dedos en la boca, los siento dentro de mi, llenando mi aliento de su sudor y su aroma, los acaricio con la lengua mientras me los trago.

Me tumbo en el suelo boca arriba para que me pase las plantas de sus largos pies por la lengua, los mueve a capricho y cambia de pie cuando se le antoja, yo pongo mis manos a los costados y saco la lengua obediente, sumido en una humillación tan grande que ya ni siquiera la siento.

Lo miro con una sonrisa en la cara desabrocharse el pantalón, no veo su cara, solo lo escucho masticar suavemente mientras lo hace, se pone de pie y se quita el pantalón y el bóxer por completo.

Y ahí está, delante de mi, en ese espacio debajo de la mesa que me resulta tan intimo y tan personal su enorme tronco grueso de 15 centímetros.

Es una verga bastante gruesa, sin circuncidar, tiene una ligera forma curva hacia la derecha y se hace ligeramente mas delgada en la zona del glande, se ve larga, gruesa y puntiaguda. Por el prepucio asoma la cabeza con labios gruesos.

Sus pelos púbicos son lacios, inícian con una sutil línea negra desde su ombligo y se vuelven un abanico en su pelvis, el Amo los recorta para que se vea estético. Es una Verga Colombiana perfecta y está ahí debajo de la mesa, solo para mi.

Como jamás había estado con un hombre, no era nada hábil haciendo sexo oral. Andrés me dedicó tiempo, el segundo día que estuvo en mi casa para que aprendiera a servirla adecuadamente, o al menos, para que tomara una primera lección:

-A ver perra- me dijo deteniéndome de los cabellos- tienes que aprender a darle una buena mamada a tu Amo

-Perdón Amo, es que…- comencé a decir pero me soltó una bofetada, por mis ojos escurrieron lágrimas involuntarias que me hicieron sentir algo de vergüenza

-No quiero excusas puta- agarrándome fuerte de los cabellos y soltándome otra cachetada- sólo tienes permitido decir “si Amo” y “gracias Amo” ¿entendido?

-Si Amo- respondí preguntándome porqué a mis 47 años toleraba que un chico de 21 me tratara así en mi propia casa

-Abre la puta boca- me ordenó y obedecí - saca la lengua- la saqué y Andrés me escupió en ella -traga

Por muy guapo que me pareciera Andrés tragar su saliva me parecía algo asqueroso, quizá se notó en mi cara porque volvió a hacerlo-traga y no hagas gestos- me ordenó y obedecí

-¿Te dije que cerraras la boca?- me preguntó jalándome más fuerte de los cabellos, como solo tenía permitido decir dos frases y ninguna se acomodaba a responder lo que Andrés me preguntaba me quedé callado y abrí la boca.

Sujetándome de los cabellos como una marioneta Andrés pasó mi lengua por toda su verga, se la agarró con la mano que tenía libre y la apuntó contra mi boca metiéndomela.

Me usó como si fuera su juguete, moviendo mi boca y violándomela con su verga sin soltarme los cabellos. A pesar del dolor en mi cabeza hacia un esfuerzo por aprender los movimientos que Andrés me forzaba a hacer- lame aquí- me dijo señalando su glande y moví mi lengua lo más rápido que pude- ¡Fuerte perra!, lame fuerte- me dijo soltándome una cachetada, lamí como me indicó y Andrés siguió mostrándome la forma como a él le gustaba que le mamaran la verga…

Cuando se cansó se puso de pie. Pensé que se vendría en mi, sentía la necesidad de que así fuera… pero ya para entonces me había quedado claro que el que decidía cuando y cómo sucedería era siempre él.

Hoy es la noche del quinto día a su servicio, le mamo la verga mientras come con cierta nostalgia, mañana será nuestro último día y por la noche estará de vuelta mi familia, me aplico a mamar y a lamer con devoción, haciendo todo exactamente como sé que a él le gusta… y mientras lo hago pasan por mi mente recuerdos de todo lo que hemos vivido:

La noche del primer día no pude dormir, estaba tan nervioso y ansioso, pensaba en muchas cosas, la mitad de ellas pretextos tontos para no dejarme llevar y disfrutar de la oportunidad que se me estaba presentando.

Miraba mi reloj y contaba las horas, tenía ansiedad porque dieran las nueve de la mañana… y a ratos me decía que si quería seguirle el juego del esclavo y a ratos me decía que no, que era una locura.

A las nueve finalmente abrí su puerta, avancé despacio como esperando que se despertara. Andrés estaba desnudo sobre la cama, no sabría decir si dormía y fingía, tenía las piernas abiertas y sus 15 centímetros gruesos y puntiagudos estaban soberbios apuntando al techo.

Me subí a la cama entre sus piernas, Andrés reaccionó mirándome, lo miré unos instantes sonriendo nervioso, quizá ya se había arrepentido, quizá no hablaba en serio. Me miró con mucha autoridad haciéndome sentir un pequeño Niño que pide un favor, se agarró la verga por la base y la meneó un poco, comprendí la señal y me la metí en la boca

Como he dicho aquella primera mamada no fue algo memorable, seguramente no la estaba disfrutando excepto por el triunfo que le representaba haberme hecho picar el ansuelo.

-Quiero que te quede clara una cosa- me dijo acariciándome la cabeza, yo estaba sorprendido, era mi casa y yo era el mayor pero el que me quería dejar claras las cosas era él- no somos amantes, yo no tendría un amante tan viejo… no somos amigos, me doblas la edad ¡podría ser tu hijo!- continuó acariciando mi cabeza como si fuera una chica - Yo soy el Amo y tú eres mi esclavo, si estás de acuerdo métetela completa en la boca-

Intenté tragar lo más que pude, hasta arquear, y lo volví a intentar dos veces más sin éxito, pero eso bastó para que Andrés comprendiera que estaba de acuerdo con sus reglas

-Híncate en piso- me ordenó y obedecí- manos detrás y mirada al piso- seguí sus instrucciones

-Supongo que sabes qué es un esclavo o ¿te lo tiene que explicar un muchacho de 21 años?- me dijo poniéndose de pie delante de mi

-Significa que debo obedecerte en todo- le dije mirando al piso

-Buen intento esclavo- me dijo aplaudiéndome como si fuera un niño chiquito que ha dado una buena respuesta- levanta la cara y saca la lengua, recibirás un premio.

Andrés se sujetó la verga pegándola a su ombligo y me pasó los huevos por la lengua como premio a mi buena respuesta.

-Pero es una respuesta incompleta- me dijo sentándose delante de mi- Si yo soy tu Amo y tu eres mi esclavo significa que yo soy un Hombre y tu eres mi objeto- me quedé callado esperando que continuara- significa que yo soy tu dueño y que todo lo que tienes es mío: tu casa, tu auto, tu dinero, tu ropa- me puse un poco nervioso y parece que Andrés lo notó

-Tranquilo, no voy a vaciarte la cuenta- me dijo sonriendo- pero vas a comprar lo que yo te ordene y yo decidiré en qué usaremos el dinero esta semana

-De acuerdo- dije en voz baja, Andrés continuó - pero además soy tu dueño, entonces soy dueño de tu cuerpo y voy a hacer con él lo que yo quiera y tú vas a hacer con el lo que yo quiera ¿eso te queda claro?

-Si- respondí excitadísimo, ahora a mis 47 años un chico de 21 era dueño de mi cuerpo… era completamente surrealista y la idea me excitaba enormemente

-Te voy a castigar si haces algo mal- me advirtió- y también te voy a disciplinar para que aprendas cuál es tu lugar- me dijo- y solo vas a tocar tu cuerpo cuando yo te dé permiso, porque es mío. Ahora es el momento decisivo… si estas dispuesto a se mi esclavo y a dejarme hacer con tu cuerpo lo que me dé la gana, bésame los pies.

No lo pensé dos veces, tal vez si hubiera pensado las cosas no lo hubiera hecho… me agaché y besé sus pies

-Sígueme- me ordenó y yo avancé a cuatro patas detrás de él rumbo al baño

-Quédate ahí- me ordenó y permanecí quieto en cuatro mirando al retrete.

Lo escuché urgar en mi closet y salir al patio trasero buscando algunas cosas, confieso que sentía un poco de ansiedad de escuchar que deambulara agarrando objetos de la casa, pero apenas hacía unos minutos había dicho que aceptaba que él fuera mi dueño y dueño de todo lo que era mío.

Regresó con uno de mis tenis y dos pinzas de ropa. Se sentó a defecar delante de mi, me avergüenza expresarlo pero para mi, aún defecando mi ahora nuevo Amo me parecía majestuoso.

-Quítate la camisa y ponte de rodillas- me ordenó y obedecí

Soy de chichis grandes, las tengo carnosas y duras pero no son redondas, son más bien puntiagudas, me sentí un poco avergonzado de quitarme la camisa delante de él que tenía su abdomen bien plano y sus pectorales ligeramente formados en su tórax delgado.

Mientras cagaba le quitó la agujeta a mis tenis, las ató a las pinzas de ropa que traía en la mano y sujetó una de las pinzas en mis pezones.

Nunca había sentido algo así, la sensación era terriblemente incómoda, dolía, subí mi mano y Andrés me dio un puntapié en los huevos- lo que él Amo pone en tu cuerpo se queda en tu cuerpo hasta que el Amo indique- me dijo con mucha seriedad…

No estaba seguro de querer seguir jugando al Amo, pero obedecí mientras miraba que Andrés quitaba el papel de baño del tubo en la pared y lo ponia en la agujeta, luego me colocó la otra pinza en el pezón que quedaba libre.

El papel de baño quedó colgando de mis pezones, Andrés me miraba sonriendo, como si lo estuviera complaciendo al permitirle hacerme lo que me estaba haciendo.

Sacó su celular y se puso a verlo con el manos libres en su oído, no podía ver lo que veía pero se reía, y estuvo como diez minutos sentado, cagando delante de mi…

“Supongo que esto es ser un esclavo” me dije “soy un objeto sirviendo a un Hombre” los pezones me ardían pero confieso que me sentía tremendamente feliz.