Carlos era profe de un instituto, tenia 53 años, casado y con dos hijos. Era un tío atractivo, con un buen cuerpo totalmente depilado y con una gran polla.

El llevaba una vida heterosexual pero en cuanto podia quedaba con tíos para convertirse en la putita de ellos. Su mujer sabia que quedaba con tios pero miraba para otro lado. Solo un día le dijo que sabia todo y que le daba igual. No volvieron a hablar del tema.

Carlos como buena putita que era quedaba con todo aquel que quisiese usarlo, solo tenía una línea, no quedar con alumnos.

Un día estaba en el instituto y al pasar por un pasillo se encontro a un alumno llorando. Se acercó a el y era Alejandro un chaval de 16 años muy guapo, de pelo corto y negro. Era delgado y de estatura media. Era muy lindo de cara. Alejandro era gay, todo el mundo lo sabia.

Carlos se acercó a el y le preguntó que le pasaba. El muchacho al ver al profe se abrazó a él desconsolado. Carlos lo intentó consolar, acariciándole la cabeza y en eso notó como Alejandro lo abrazaba con fuerza y como la cabeza del chico que estaba apollada en su hombro se iba acercando a su cuello.

Carlos comenzó a notar como su polla se ponia dura, en ese momento pensó que debia soltarlo, pero no queria dejar de sentir como el chico le acariciaba la espalda, acercando cada vez más sus manos a su culo y como los labios del chico se acercaban a su cuello. La excitacion que tenia Carlos era enorme, se estaba dejando llevar hasta que oyó la voz del jefe de estudios:

-Alejandro pasa a mi despacho

Rapidamente ambos se separaron. El jefe de estudios se dirigió a Carlos:

- Insultó a otro chico, vamos a tener una conversación los dos

Entraron en el despacho y Carlos se quedó en el pasillo con la erección. Se fue a su departamento, no podia entender como se habia dejado llevar de esa forma. Siempre habia dicho con un alumno no y menos de 16 años. Entró en el departamento, cerró la puerta y se puso ante el ordenador. Se puso a trabajar para olvidarse de todo y bajar su excitación.

Al rato llamaron a su puerta, la abrió y allí estaba Alejandro

-Hola profe, ya se arregló todo. Le pedí disculpas al que insulté. Y queria darte las gracias

-Las gracias ¿por qié?- le preguntó el profe

-Por el abrazo

Alejandro entró en el deparramento, cerro la puerta y lo abrazó. Carlos se quedó paralizado, su polla volvió a ponerse dura. Alejandro acercó su boca al cuelo del profe y empezó a besarlo. Carlos dejó que lo hiciese y después acercó los labios a los del muchacho y se besaron. Sus lenguas se entremezclaron. Carlos lo abrazó y Alejandro llevó las manos al paquete del profe

-Uf, profe que dura la tienes

El muchcho se arrodilló, le desabrochó el cinturón, los botones y le bajó el pantalón. Acercó su boca al paquete del.profe. Carlos estaba a...