- En pompa -dijo Fidel señalando de nuevo la alfombra. Obedecí apoyando mi cabeza en el cojín, juntando las piernas y levantando mi culo

Me colocaron de nuevo las esposas una vez pusieron mis manos en mi espalda. Mi nalga estalló al recibir el primer impacto. Tras un par más en cada una de ellas entendí que era una pala de goma lo que utilizaban. Yo silenciaba mis gemidos con el cojín. Su únicas palabras eran para obligarme a levantar más mi culo y seguir con el castigo. Tuve claro que habían decidido usarme a su antojo sabiendo que mi entrega ya era casi total.

Dejaron que mis nalgas descansaran y se colocaron detrás. Noté unos dedos recorriendo mi ano y un líquido frio. Cuando mi ano ya debía estar bastante lubricado, algo duro, y que no era sus pollas, empezó a entrar en mi ano que lo iba abriendo hasta hacerme lanzar un pequeño grito de dolor. Dejaron de penetrarme pero sin retirarlo, noté más líquido resbalando entre mis nalgas y siguieron metiendo aquel objeto poco a poco hasta que finalmente mi culo lo recibió por completo. Me dejaron en aquella posición, no sin antes castigar un par de vences mis nalgas, hasta que tras unos minutos me hicieron levantar tras quitarme las esposas.

Me dieron un paquete que contenia un delantal negro de sirvienta y Emilio me ordenó traer bebida y comida de la cocina que había dejado medio preparada. Con el movimiento me fuí acostumbrando al plug que dijeron me habían colocado ya que era de tamaño grande. Me vestí con el delantal y con una braguita negra a conjunto con apertura trasera y unas medias lo que me provocó una nueva excitación. Empecé a servir la comida y bebida a mis maduros que estaban sentados en el sofà conversando y viendo una pelicula pero sin dejar de disponer de mi cuando lo deseaban. Fidel me hizo sentar encima suyo y tras darnos un largo morreo

- Te gusta que te tratemos asi -mientras manoseaba mi culo
- Si que me gusta
- Y aún te gustará más ya lo verás -dijo Emilio mientras recorria mi pecho

Recoji la mesita cuando terminaron de comer y me pusieron de rodillas de forma que ellos seguian sentados y yo de espaldas al televisor. Sin necesidad de recibir ninguna orden mis manos empezaron a masajear sus bultos de forma lenta pero intensa que provocaron una ràpida y deseada reacción. Me hicieron lamer sus slips y al cabo de unos minutos Emilio se levantó y apagó el televisor. Yo seguí empapando el slip de Fidel y al volver Emilio me hicieron levantar para llevarme hasta una habitación que tenia una cama grande. Fidel se colocó a mis espaldas y Emilio enfrente mio. Me colocaron de nuevo las esposas con los brazos en la espalda quedando solo con las medias y la braguita.

- Ya no eres el putito reprimido de esta tarde -me susurró Fidel mientras notaba sus manos subiendo por mis medias hasta la braguita
- Uf, no sé... -intenté responder
- Cuando Emilio nos habló de t...