Voy a relatar lo que paso con nuestro vecino de enfrente, que por lo visto nos miraba con los prismáticos siempre que se le presentaba la ocasión desde que eramo niños, cosa que supe muchos años después.

Un día que salia a comprar el pan para nuestra casa, el vecino que se llama Antonio me hizo una señal desde su ventana para decirme, ¿chaval como te llamas? Jimmy le respondí. Jimmy me harías un favor, por motivos de salud no puedo salir de casa.

Respondí ¡dígame señor! ¿vas a la tienda? Pregunto, así es, me podrías comprar unas cosas y te doy una propina, claro le respondí de nuevo.

Me lanzó una bolsa con un billete dentro y una pequeña lista, huevos, pan, filetes de pollo y manzana.

El señor Antonio me dijo que timbre debía de sonar y subirle la compra.

Me fui a por nuestro pan y sus compras.

Al llegar a su casa, llamé al timbre y subí a su piso.

Abrió la puerta y se presentó, me llamó Antonio, aunque deduzco que nos hemos visto más de una vez a través de la ventana, al escuchar sus palabras me sonroje, sabía de las veces que nos había visto desnudos a mi hermano y a mi, pero el señor Antonio no mencionó nada del tema.

Le entregué la compra y me dio 5 euros de propina, me dio una palmada en el hombro diciendo buen chico, añadió mañana pásate a la tarde después de clase y me haces la compra diaria.

Pensé ufff 5 euros de propina, claro que si señor, el me dijo llámame señor Antonio.

Sin falta al siguiente día llame a su telefonillo, el señor Antonio respondió, Jimmy te dejo la puerta de casa abierta, estoy en cama.

Me quedé un poco extrañado, pero los 5 euros no se me quitaban de la cabeza.

Subí, entré en la casa y llamé, señor Antonio, escuche su voz desde la habitación, pasa Jimmy.

El hombre estaba tumbado y dijo hoy no me puedo mover, he visto por la ventana que tu padre desde pequeño te ha dado buenos masajes, otra vez me sonroje, los masajes de papá terminaban con lengua en mi ano.

Sigio hablando, hoy prefiero si no ves inconveniente que me des un masaje en vez de las compras, encima de la mesa tienes 10 euros de propina.

No sé le respondí, venga que tengo mucho dolor de espalda y cuello. pense en lis 10 pavos por ayudarle, acepte.

Mira dijo el señor Antonio, allí hay una crema hidratante, cogela y empieza por mi espalda. El señor Antonio bajo la sabana hasta sus lumbares y yo me coloqué en un lateral de la cama para empezar con sus hombros y cuello.

Cuando llevaba 15 minutos y yo mismo dolorido por la postura, el señor Antonio me recomendó de quitarme los zapatos y subir encima de él como a caballito.

En el momento de subirme, el señor Antonio retiro por completo la sábana, estaba totalmente desnudo.

Me quedé paralizado pero el señor Antonio dijo, mej...