Hola,

Varios me habeis preguntado como es mi vida como Carlota. Maravillosa. Os cuento un poco.

Dentro de casa ya solo visto de chica, y como la putita que soy. Tacones, braguitas, cinturón de castidad para que no se vea esa cosita que una nena buena no debe tener a la vista. Estoy completamente depilada de cuello para abajo. Al salir me cambio los tacones por unas bambas, me pongo unos tejanos, pero me dejo medias y braguitas. Si voy con mi Amo llevo la mascarilla puesta que tapa un esparadrapo sobre la boca. Dice que calladita estoy más mona.

El GPS es genial. Es para perritos.. ya me viene bien. Lo llevo encadenado a la muñeca. Informa a mi Amo no solo de donde estoy, sino de todo lo que he hecho durante el día. Es una sensación genial. Tiene una precisión de unos diez metros por lo que en casa ha puesto una camara de vigilancia que muevo donde ordena. Así puede ordenarme no salir de una habitación, o no entrar en el baño. Es una sensación muy intensa. Tengo también en casa unos grilletes para manos y pies que me ordena ponerme y no se cuando me dejará quitarlos. Muchos días teletrabajo y me llama media mañana para que que me los ponga y también me ponga un collar de perro cerrado con candado que me ata a la mesa del ordenador. En caso de emergencia podría cortar el collar... pero tendría que salir a la calle vestida de putita y esposada de pies y manos.

Mi Amo es severo, pero somos sensatos. La esclavitud es real, pero no interfiere mi trabajo, o cualquier problema personal que pueda tener. El caso peor en una emergencia sería que todos los vecinos supieran lo putita que soy. El sale de su trabajo a media tarde, toma tranquilamente una cervecita, y viene a liberarme -o no-. A veces viene, le hago una mamada, me libera y marcha. O me deja esposada y al cabo de un rato llama para decir donde ha escondido las llaves. Otras me amordaza con toda la lefa en la boca, me pone las esposas por detrás unidas a los pies y se pone a ver el fútbol o tomar una cerveza. Una vez vino más pronto de lo normal, me ató a una silla y amordazó. Me quitó el cinturón de castidad (estaba toda emocionada). Entonces empezó a frotarme polla y huevos muy fuerte con un guante de crin, y luego echó alcohol. Me vendó los ojos y me dijo que ahí me iba a quedar un buen rato. El picor era terrible, y cada tanto sin avisar frotaba más y echaba un poco de alcohol. Me tuvo así casi dos horas, y luego me masturbó con el guante.

Esto ente semana. MI entrenamiento de chica lo hago en su casa, el fin de semana. Os cuento la siguiente vez.

Carlota