La relación con mi novio ya no era la misma. Esto suele ser normal tras años de noviazgo. Se pierde interés, la pasión, las ganas en general. El irnos a vivir juntos lejos de reflotar nuestra pasión aceleró más aun el deterioro de nuestra relación y eso se reflejo claramente en el sexo. Este se convirtió en algo mecánico, una rutina mas de pareja que hacíamos para dar significado a nuestra relación ya que de lo contrario parecía mas que éramos compañeros de piso que novios. No obstante, ahí seguíamos, juntos. Ni él ni yo llegamos a conversar para analizar que pasaba y arreglar lo que que estuviese mal o simplemente sentenciar nuestra relación a muerte.

Retomando el aspecto sexual, insatisfecho por mi parte, empecé a ver porno cuando el no estaba para satisfacer todo aquellas veces que lo necesitaba. Se me hizo aburrido a las dos semanas. Creia haber vuelto a la adolescencia. Ya no solo por hacerlo a escondidas antes de que viniese alguien sino por el simple hecho de querer mas.

Por ese motivo, empecé a entrar en chats. En ellos solo tenia conversaciones calientes con otros tios pero acabé aburriéndome. Era muy parecido al porno.

Harto de tener siempre que hacerlo todo online decidí dar un paso más y descargarme una app de citas. Al principio quedaba siempre fuera del piso. A veces tenían sitio y otras eran en público, generalmente en parques hasta que un día decidí dejar entrar a un desconocido a mi piso. David estaba fuera y tenia el piso para mi solo todo el finde. Desde el viernes a primera hora estuve buscando a tios para el finde. Uno, dos, o tres! uno para cada día, había que aprovechar. La experiencia fue brutal. Que me follasen en la misma cama donde dormía mi novio me ponía mas.

El ultimo chico con el que quedé ese finde fue el domingo. Por varias razones tuvimos que dejarlo para después de comer. David llegaba sobre las 6 por lo que tenia tiempo de un polvete rápido. Comí, me preparé y avise a Raul. El era 10 años mayor que yo (rozaba los 37-40 años), media 1,80 mas o menos y era algo fondón. Aunque era mas mayor y menos fitness en comparación con los chicos que quedé el viernes y el sábado, su foto de perfil, en gayumbos con slips blancos, me había puesto muy cachondo (sobre todo por los huevos que marcaba) y sabia ideal para terminar ese finde de desenfreno.

Una vez entró en el piso y se desnudó cumplió expectativas. Su polla, no muy grande, tenia un grosor proporcional al tamaño de sus huevos, gordísimos. Ese tipo de polla que te llena la boca estando morcillona y que uno no se quita de la boca con facilidad. No paré de lamer us huevos, lamer el tronco de su polla y de comer su capullo hasta que el me cogió y me dio la vuelta. Decidido me penetró primero con delicadeza y despues duro. Era uno de los mejores polvos que había tenido. No paraba de gemir lo que hacia que el acelerase sus movimientos de cadera sobre mis nalgas. ...