Os dejo mi primer relato erótico (100% real!) Espero que os ponga cachondos! ;)

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Este verano fui a visitar a un amigo mío que hacía unos 5 años que no veía. Nos conocimos cuando teníamos 19 años y siempre me ha parecido un chico guapo: medía unos 185 cms de altura, tenía ojos claros, una nariz un poco grande, mandíbulas muy masculinas, y aunque iba rapado se veía que era pelirrojo. No diría que estaba enamorado de él, pero fantaseaba con él muchas veces cuando me hacía pajas.

Llegué al aeropuerto, cogí el tren y fui hacia su casa. En cuanto me abrió la puerta, me acordé de lo guapo que era. Había dejado este pelo pelirrojo crecer un poco y tenía una barba ligeramente larga, y también pelirroja por supuesto! Hay algo con este color de pelo, imaginar su cuerpo y su rabo con el mismo color de fuego, que me vuelve loco.

Pasamos la primera noche bebiendo, fumando y charlando. Me empezó a contar sus historias con las chicas. No era precisamente tímido en estos temas: que si una chica le hacía las mejores mamadas de su vida, que si a otra le gustaba dominarlo y rascarle la espalda con las uñas, cosas de este estilo. Me ponía tanto escucharlo hablar de sus conquistas!

Entre sus historias y el hecho de que yo justo antes había estado una semana de viaje con amigos sin un momento solo para hacerme una paja, acabé la noche cachondísimo! Lo mejor vino cuando llegamos a su casa a dormir. Me preparó el sofá cama en el salón y se fue a su habitación. A los 5 minutos volvió diciéndome:

• "Se me olvidó dejarte una manta, que aquí hace fresquito por la noche."

Yo apenas escuchaba lo que decía ya que venía con nada más que un bóxer! No pude resistir admirar su cuerpo y mirar su paquete. No era un bóxer apretado, pero aun así se veía un bulto considerable bajando por la pierna derecha. Seguro que me vio mirándolo, pero solo dijo “buenas noches” y volvió a su habitación.

Yo no pude aguantar más y en cuanto se fue, me empecé a tocar. Recordaba su cuerpo definido, sus muslos grandes por el ciclismo que hacía, e imaginaba su rabo saliendo de la bragueta del bóxer con sus pelos pelirrojos. Estuve media horita así haciéndome una paja hasta que me corrí y me fui a dormir.

Cuando voy muy cargado una paja no me suele saciar, y a la mañana siguiente me desperté cachondo otra vez. Él tenía que currar así que salimos a desayunar juntos y luego se fue. Yo, con lo cachondo que seguía, en vez de ir a pasear por la ciudad volví a su casa a hacerme otra paja.

Y entonces se me ocurrió hacer algo que nunca había hecho antes. Iba muy cachondo y me apetecía estar cerca de su cuerpo, tocarlo, olerlo. Pero como no podía, entré en su habitación y sin apenas pensarlo, me dirigí hacia su cesto de ropa. Lo abrí y empecé a buscar. Había de todo: camisetas, pantalone...