Durante los días siguientes a la experiencia con mi hermano no podía parar de pensar en lo que había pasado, lo rememoraba una y otra vez y he de reconocer que me excitaba mucho al recordarlo. Fue entonces cuando empecé a masturbarme, algo que hasta ese momento no había hecho nunca. Lo hacía siempre pensando en lo mismo, el cuerpo de mi hermano contra el mío en la cama, su mano apretada fuerte sobre mi boca, su aliento en mi nuca, su polla en mi culo, bombeando hasta correrse, uffff, sabía que me había dolido pero no me importaba, me pajeaba recordándolo varias veces al día y deseando que volviera a pasar…pero nada.

Andaba tan salido que empecé a coger por costumbre rescatar del cesto de la ropa sucia los slips usados de mi hermano, lo hacía cada mañana después de que él se duchara, yo iba al cesto y cogía el slip que mi hermano acababa de dejar y echaba el del día anterior, así yo disfrutaba de todo un día con ellos, lo olía, lo lamía y me lo ponía, uff cómo me molaba aquello, andaba todo el día cachondo con el slip puesto, creo que nunca me he pajeado tanto como entonces, oliendo sus gayumbos, recordando aquella noche y deseando que volviera a suceder…

En esas andaba yo, sin embargo el comportamiento de mi hermano los días siguientes era como si nunca hubiera pasado nada, igual de distante que siempre, nunca habíamos tenido una relación estrecha, digamos que mi hermano me toleraba, nada más. Empecé a pensar que aquello nunca se volvería a repetir. Seguramente se había tomado algunas cervezas, su novia no quiso tema y se juntó todo, pero lo que había pasado no era algo normal, seguro que no pasaría nunca más…¿o tal vez sí?