INESPERADA TRANSFORMACIÓN EN EL TRABAJO

A mis 40 años, me encontré que por la crisis la empresa en que trabajaba despidió a más de la mitad de la plantilla y me encontré sin trabajo y teniendo que aceptar una oferta de trabajo de una constructora que tenía que hacer un resort en Madagascar y que necesitaba un electricista especializado en domótica para programar las instalaciones de los 3 hoteles de los que se componía el resort.

Mi situación personal en ese momento era un hombre divorciado desde hacia 3 años y que tenia rollitos con amigas, pero nada fijo, las cambiaba cada dos por tres, porque la verdad es que estoy de muy buen ver: un cuarentón, pero con un buen cuerpo, aun con algo de abdominales, algo fibrado sin ser exagerado. El típico macho que hace que las niñas se mojen las bragas.

Total que allí me presenté, en el resort, a trabajar tres meses seguidos para poder ahorrar algo de dinero y arrancar otros proyectos que tenía.

Fue un viaje largo y duro, muchas horas de avión con dos conexiones y al llegar a Madagascar 5 horas de autobús para llegar a la zona paradisiaca donde estaba el resort en construcción.

Me presenté en las oficinas de la obra que estaban en el acceso vallado del enorme recinto que llegaba a la playa. Allí me esperaba el jefe de obra, Jorge, un aparejador español que vivía en la zona desde hacía años. Jorge era un tipo alto, no parecía el típico aparejador

Me indicó que uno de los hoteles estaba casi terminado y era donde se alojaba el personal que venía de Europa, y otros dos que estaban en fase de construcción.

Entramos en el hotel que estaba ya casi terminado, y nos dirigimos a mi habitación. Al entrar me dice Jorge que estamos afinados porque somos muchos trabajadores y han repartido las habitaciones y me toca compartir habitación con Carlos, un ingeniero de la obra.

Me pide que me ponga cómodo y descanse que ya mañana empezaremos con la faena.

La habitación estaba chulísima, con un baño de esos enormes con ducha de lluvia, un balcon enorme, un distribuidor y la habitación con dos armarios y.. una sola cama! Tenia una cama de matrimonio solamente. Así que me tocaría compartir cama con el tal Carlos.

Pero bueno, ya he compartido muchas veces habitación con amigos de viaje y si no roncan no hay problema.

Quise abrir el armario para poner mi ropa pero estaba cerrado, así que solo saque un short y una toalla y me fui a probar esa ducha super relajante de lluvia que me había robado el corazón.
Me estaba duchando cuando de repente se abre la puerta del baño y entra un hombre:

- Ostras perdona! No sabia que habías llegado! Perdona pero me estoy meando y no puedo mas! Necesito descargar!

- Tranquilo. Le dije yo un poco cortado porque estaba en pelotas y enjabonado

Carlos, que iba vestido en bañador, chanclas y camiseta, se sacó la polla allí mismo y empezó a mear com...