Desde que empecé a vivir y a servir a Hassan, había pasado una semana que Jimmy no me escribía. Pero me volvió a mandar un whatsapp. Lo leí después de que Hassan se hubiera ido al taller de reparación de coches.

Jimmy: "Ey PUTITA, me han dicho que ahora vives con el morito!, veo que te ha salido cojonudo"

La verdad es que me ilusionó que Jimmy se volviera a acordar de mi.

Martín: "Sí!! la verdad es que estoy muy agusto... te lo tengo que agradecer jajaja".

Noté que Martín se pasó un rato conectado, no sé si leyendo mi mensaje, pero al final se puso a escribir y me contestó.

Jimmy: "Pues tienes toda la razón ZORRA jajaja... tengo un amigo que te quiere conocer ¿quieres que te visitemos un día de estos?"

Reconozco que con este mensaje la boca me empezó a salivar un poco, y le contesté.

Martín: "No sé si a Hassan le gustaría.. déjame que le pregunte hoy por la noche y te digo".

Jimmy: "Ok putilla... tu esfuerzate en convencerle jajaja".

Me mandó unos emojis con besitos y dejó de hablar.

Yo me fuí a trabajar y me pase la tarde excitado recordando la polla de Jimmy. No era tan enorme como la de mi hombre Hassan pero era muy grande también, y todavía recordaba su sabor, los abdominales de Jimmy y su encantadora sonrisa.

Por la noche Hassan llegó a nuestro hogar. Como otras veces me dio dos besitos mientras me agarraba del cuello, como quien saluda a una mascota.

Hassan: - Como está mi puta?

Martín: - Muy bien amor, ¿qué tal el trabajo?

Hassan: - Hasta los huevos... cansado -. Mientras decía esto bajó la mano y me agarró con fuerza el culo.- ¿Está hecha la cena?.

Martín: - Ahora mismo me pongo -. Le dije con una gran sonrisa.

Al rato de haberme metido en la cocina, noté que Hassan me llamaba desde el baño. Al acudir me lo encontré sentado en el vater y con sus dos musculosas piernas abiertas.

Hassan: - Ven zorra, ponte de rodillas y chúpamela mientras cago -. Me ordenó con una gran sonrisa.

Es algo que Hassan a veces le gustaba mandarme. Le daba mucho gusto cagar mientras yo le daba gusto con mi boca en su polla. Me decía que era un placer doble. Yo ya me había acostumbrado al sonido de su mierda caer en el agua del vater, y al fuerte olor, notando como mi macho se relajaba, mientras gozaba de mi garganta. Notaba que le hacía muy feliz y a mi eso me encantaba. A veces lo acompañaba con una meada al principio, mientras me apretaba la cabeza con la mano... y eso me flipaba.

Esta vez mientras notaba como su mierda empezaba a flotar por el agua, debajo de mi cuello, y yo notaba el olor de sus huevos sudados en mi cara, me empezó a preguntar:

Hassan: - Hoy el venezolano, Jimmy, me ha mandado un mensaje, por el movil, ¿tienes algo que decirme perra?

Yo me sorprendí, no sabía que...