A LOS PIES DE UN HETERO CABRON (III)
Dos amos
En la puerta mi amo, su esclavo arrodillado a sus pies. mi cuerpo y mi mente colocados de farla y poppers, mi boca mordía con ansia el cuero del asa de mi cadena enganchada a mi collar. Mi amo dio otro paso, me examinó por todas partes, la puerta abierta de par en par, yo mudo.

¡¡Joder tío!! Que bien sabes hacer las cosas cabrón, ya te entregas de entrada, quieres ponerme a cien ya cerdo. Bien, eso me gusta mucho, buen perro, dijo acariciando mi cabeza pelada, me colocó el antifaz en los ojos como yo suponía, me obligó a retroceder.

Siguiéndome el juego me dijo: trae esa cadena, cogiéndola de mi boca. Dio un fuerte tirón y me obligó a agacharme hasta el suelo. Me mantuvo en esa posición unos minutos. Besa mis pies, cerdo. Obedecí, besé y lamí sus zapas durante un rato, mi nivel de sumisión estaba empezando a salir por mis poros. Mi calentura me hacía lamer y lamer aquellas zapas.
De repente dio otro tirón y me hizo levantar la cabeza, oí como cerraba la puerta, ven me ordenó tirando de la cadena, camina perro. Le seguí a cuatro patas hasta el salón.

Maricón exclamó, tienes buen equipo para satisfacerte cerdo de mierda, vicioso. Me tienes contento, hace casi una semana que no follo, estoy harto de pajas, así que imagínate la que te espera cabrón, estoy muy salido y tú serás mi desahogo ¿entendido? entendido mi amo, gracias. Su esclavo se esforzará al máximo para que quede satisfecho Sr. Puede estar seguro.
Lo sé maricón, sé que te vuelve loco estar ante mí y ya sé que Mario te dijo que vendría también, así que ya puedes currártelo bien. Luego le diré que baje, está esperando mi aviso. Si él quiere usarte ya puedes dejarlo bien a gusto, pondremos a prueba tu orgullo de esclavo.

Vamos lame me dijo acercando mi boca a su paquete. Mis manos acariciaron sus piernas duras, desnudas, estaba en pantalón corto, que supuse de deporte. Fuera esas manos, atrás. Lame.

Hasta mi llegó el efluvio de su gayúmbo currado, penetró en mi hasta mis entrañas, lo esnifé con profundidad, Juan se río, cabrón como lo oliste. Qué rápido, sí que eres guarro y vicioso, lo estuve currando todos estos días, sabía que esto te pondría a tope. Me imaginaba algo así, Lo llevé al gimnasio para sudarlo bien, lo puse para dormir tres noches y las corridas de esta semana están en él, y la meada de esta tarde también. Disfrútalo perro.

Su pollón olia a corrida de ayer, sin limpiar, ese olor dulzón y diferente que tan claro deja su origen, el rabo de mi amo estaba empalmado, tieso y duro bailaba contra mi lengua. Está como la recuerdas, como a ti te gusta perro, luego te dejaré jugar con él, ahora lame.

Lamí su polla a través de su pantalón corto de deporte, cada ve...