Habíamos comunicado por mensajes algunas veces y me moría de ganas de ser suyo, entregarme a El, cumplir con sus fantasías. Sabía que mi único propósito sería algún día ser usado a su antojo por este Amo que ya confiaba era indubitablemente este Ser Superior que anhelaba conocer y con el cual soñaba desde hacia tanto tiempo. Su perfil decía hombre dominante Bi busca perro sumiso para adiestrarlo. Me había comentado que tenía un pequeño departamento donde ejercía sus fantasías y por fin me decidí y acepté la invitación. Me dio la dirección y añadió – Seas puntual puto, y acuérdate que yo te estoy haciendo el favor de usarte, no me vayas a decepcionar. Claro, así lo entendía.
Llegue a la dirección indicada, Apreté el botón del interfono y por primera vez pude oír su voz firme y varonil preguntando – ¿Eres tu puto ? Si Señor, y ya empezaba a sentir ese fabuloso sentimiento de miedo mezclado con una irreprimible excitación. – Tercer piso, departamento número 6. Subí las escaleras, el corazón me latía como un tambor, temeroso, ansioso pero movido por este impulso sexual incontrolable. Sin darme cuenta ya había llegado al tercer piso, la puerta del número 6 estaba entornada, y toqué para avisar de mi llegada. – Pásate puto, me dijo la misma voz viril con un tono asertivo.
Al entrar me percaté que el lugar estaba solo, el Amo parecía no estar en esta habitación. En la penumbra de esta sala, alumbrada solamente por une pequeña lámpara de cabecera, descubrí un lugar sencillo, amueblado con una mesa, dos sillas de madera, un sillón de cuero desgastado por los años, una cama individual recargada contra la pared a la manera de un sofá y un librero. No alcancé a leer todos los títulos, pero entre otros libros estaban Amos y Mazmorras, Los 120 días de Sodoma del Marqués de Sade, así como una antología de poetas rusos, lo que me dio de entender que el Amo era una persona culta. Solo era una confirmación, dado que en el intercambio de mensajes había notado sus indiscutibles y extraordinarias capacidades intelectuales. Un verdadero Amo no es un bruto basto pero un Ser Superior, educado, refinado y letrado. Del lado derecho noté la presencia de dos puertas, y me acordé que el Amo me había comentado que su departamento solo tenía una habitación, una cocina y un cuarto de baño.
–¿Ya estás aquí puto ? gritó el Amo que estaba en una de las habitaciones contiguas. Si, Señor contesté con una voz temblorosa. Entonces agarra el paliacate que se encuentra sobre la cama, dobla lo y póntelo sobre los ojos en forma de venda. Rápidamente obedecí. Ahorra puto, quítate la ropa y ponte de rodillas. Inmediatamente cumplí con esas órdenes que empezaban a excitarme, sintiendo que cumplía con una misión, mi presencia aquí tenía un solo propósito: obedecer. Enseguida oí la puerta que se abría y escuché unos pasos vigorosos y decididos que venían hacia mí. Así es...