Llevaba bastante tiempo pensando en conocer a un nuevo amo que me enseñara y me usara a su antojo, yo hasta ahora las experiencias que había tenido con mis anteriores amos eran básicamente atarme en una cama o una mesa, totalmente desnudo con el culo preparado para recibir los elementos erectos de los amigos de mi a amo; siempre me penetraban boca y culo con variadas sesiones de azotes y corridas múltiples en cualquier lugar de mi cuerpo que les pareciera apetecible para descargar su leche caliente, en algunas ocasiones también recibía sesión de lluvia dorada, la verdad es que yo sentía gran placer con estas sesiones, siempre me ha excitado estar desnudo ante otras personas y que incluso miraran cuando yo tenía mis sesiones de sexo, aunque últimamente se me hacía monótono, hasta que hace unas semanas contacte con un amo nuevo de Palencia, amo Sixto; sabía que este nuevo amo iba a ser diferente, ya habíamos hablado de mis límites y de las practicas que más me gustan realizar, aunque yo siempre digo que no tengo limites porque quiero probarlo todo. En esta ocasión mi nuevo amo me indicaba diferentes prácticas que podría realizar para que yo decidiera sí o no.
Sabía que con amo Sixto iba a tener una experiencia e iba a sentir cosas que antes no había sentido, ya hacía días que habíamos concretado la cita, yo no hacía más que en pensar en este nuevo encuentro, el estar desnudo delante de alguien que no conocía me excitaba, tanto era la excitación que me masturbaba varias veces al día solo pensarlo.
Y llegó el día del encuentro, habíamos en ir a un motel cerca de Cigales, mí nuevo amo me recogió en un lugar que estaba al lado del motel, me acuerdo perfectamente que nos dieron la habitación nº13, este motel es tipo americano que se entra con el coche y nadie te ve entrar, un lugar perfecto para nuestro encuentro.
Entramos en el garaje, yo estaba muy nervioso, me mandó desnudarme, mi respiración se iba acelerando, mi amo me mando ir a por una maleta que tenía en el coche, mi excitación aumentaba al igual de mi nerviosismo, me encontraba totalmente desnudo delante de un desconocido. Mi amo abrió la maleta, la cantidad de “juguetes” que había en su interior vaticinaban una buena sesión de nuevas experiencias, lo primero que me puso fue una capucha con abertura para ojos y boca y un collar de perro al cuello, mi amo me volvió a mandar a por otro “juguete” que tenía en el maletero del coche, que eran unas barras separadoras. Nada más entrar de nuevo en la habitación mi amo me colocó un antifaz de forma que yo no vería nada, eliminado el sentido la vista se me agudizó el sentido del tacto y placer que se avecinaba; fue cuando recibí mis primeros azotes.
Lo primero que mi amo me colocó una fue unas muñequeras y unas tobilleras que las utilizó para separarme las manos y los pies con barras de hierro separadoras, más excitación, más nerviosismo, mi amo me preguntó s...