MI AMO ME LLEVA A LA SAUNA (1a PARTE)

Salgo del parking corriendo, llego tarde, si no me doy prisa no podré cumplir las órdenes de mi amo tal y como me fueron enviadas por whatsapp. No quiero empezar la sesión desilusionándole.

Apresuro mis pasos hasta llegar a la puerta de la Sauna Octopus de Madrid. Llamo al timbre, suena el sonido que me indica que la puerta está desbloqueada. Empujo fuerte, voy directo hacia la taquilla. Hacia la primera prueba que me ha puesto mi amo.

- “Dame un 43, y cobrarme dos entradas” - Le digo al de la taquilla

- “Cómo dos entradas?” - me pregunta un tipo amable sudamericano.

- “En unos minutos llega mi amo, debo pagarle la entrada.”

El tipo me mira un momento, debe pensar que soy otro chalado más, estará cansado de ver numeritos extraños... Me imagino. No me pone mayores problemas, apenas me pregunta el nombre y todo queda hecho. Primera orden cumplida.

Entro rápido, me cambio, y voy corriendo al baño. Quiero mear antes de que empiece todo. Estoy acojonado, lo hago todo corriendo porque debo cumplir la segunda parte de sus órdenes antes que mi amo llegue a la sauna. Cosa que va a ocurrir en cualquier momento.

Ya meado, voy a la zona de las cabinas. Busco la adecuada para lo que quiere mi amo. Veo que al final de un pasillo justo dando al centro del pasillo hay una cabina. Es la ideal, la camilla da a la puerta, la puerta a un pasillo lleno de cabinas. Este es el sitio. Desde aquí todos los que paseen podrán verme.

Mi amo quiere que me ubique en una cabina, me tumbe desnudo, con el culo hacia arriba y la puerta completamente abierta hasta que él llegue.

Nunca había estado en la sauna a estas horas, hay mucha gente, más de la que yo había visto nunca en la Octopus. Para llegar a la cabina debo cruzarme con tres tíos apoyados en la pared, me observan, miran mi cuerpo, deciden si el menú les apetece.

Entro en la cabina que he escogido, me quito la toalla, la echo en la camilla. Cuando voy a tumbarme veo a un tío que intenta entrar en la cabina tras de mi. Un tipo maduro, no pierdo ni un segundo en mirarle, cojo la puerta y la entrecierro. Intento hacerle entender que no quiero nada con nadie. Una vez cerrada la puerta, a los 2-3 segundos vuelvo a abrirla, pero el tío sigue ahí. Así que le acabo diciendo que estoy esperando a alguien.

El tipo se va, así que prosigo con mis instrucciones, me tumbo desnudo con la puerta bien abierta.

En el cabecero de la camilla hay un gran espejo, pensé que podría controlar el pasillo desde él, pero lo único que veo es mi propio careto. Así que estoy ciego, con el culo al aire, en una camilla que ve todo dios que pase por el pasillo, desde su inicio hasta su final. Expuesto. Sé que mi amo estará contento, he cumplido bien todas las órdenes. Ahora sólo me queda esperarle.

Siento mi polla morcillona, me excita la situaci...