Como ya saben, en mi relato anterior contaba a cerca de cómo me inicié en el rol de esclavo. También mencionaba que mi primo me rentó a dos de sus amigos.
Esto es lo que les voy a contar en esta ocasión.

Mi vida siguió siendo exactamente igual al lado de mi primo. Ya era un hábito para mí. Sabía mis obligaciones diarias. Él me exigía buenas notas en la escuela, si no las tenía era un castigo muy fuerte, primero me golpeaba, después hacía que hiciera las obligaciones de la casa y por último hacía que pusiera agua y comida en un recipiente que compró (donde se les da de beber a los perros o gatos) y finalmente me ataba las manos y me ponía una cadena en el cuello (como si amarrara un perro) la cadena no era muy gruesa pero no podía quitármela por que tenía las manos atadas, así me tenía dos días seguidos, comiendo de esos recipientes, él les ponía comida cuando se llegaba a terminar.

Regularmente lo visitaban dos amigos de él, iban a beber cerveza, fumar hierba y llevaban en ocasiones a chicas de la vida galante.
Yo los tenía que atender en lo que quisieran, ir a comprar cerveza, botana o lo que se les ofreciera.
Uno de ellos era Moreno, alto. Este personaje se me hacía muy sucio, sin contar que no era nada agraciado físicamente. Era policía.
El otro era de piel blanca de nombre Victor algo llenito, se veía una persona educada, tanto que me cuestionaba que qué hacía con mi primo y el policía. Pero bueno, tan solo lo pensaba...
En ocasiones ya alcoholizados el policía derramaba cerveza y me hacía mi primo limpiarla con la lengua, esto me lo hacía cada que iba a la casa y tomaban, mi primo solo se reía y lo alentaba a tirar mas cerveza. Yo veía la cara de Victor y me parecía que no estaba tan a gusto con lo que hacían los otros, pero se limitaba a ver y callar.

Siempre tenía que tener en todo momento limpia la casa. Así que este par de amigos de mi primo ya sabían que yo estaba para eso, ya se habían acostumbrado a verme como el criado aunque para mí eso no era problema.
No abusaban de mi sexualmente pero sí abusaban al pedirme cerveza, cocinarles algo, o hacer cualquier cosa que se les antojara. Mi primo ya me había presentado con ellos desde el inicio, obviamente como su perro mandadero. Jamás mencionó que yo era primo de él, también les dijo que yo hacía todo eso porque así me gustaba. Ellos jamás le dijeron a él que eso estuviera mal.

Esto duró un par de años. Mi vida al lado de mi primo siguió igual hasta que él se quedó sin trabajo. A partir de eso él estaba todo el tiempo en casa, siempre estaba irritable, siempre gritando, golpeando los muebles y tirando todo a su paso.. Tenía yo que levantar inmediatamente lo que tiraba.

Cierta ocasión llegó uno de sus amigos. Llegó a lo de siempre, llevó cerveza y tomaron y fumaron y mi primo le dijo a su amigo que las cosas se estaban poniendo ma...