Hace tiempo que comencé a interesarme por el morbo de todo lo relacionado con la lluvia en general, jeje, pero no fue hasta hace poco que puse un anuncio en una WEB gay buscando la opinión de gente que lo hubiera experimentado.

Reconozco que no recibí muchas respuestas, pero una me sorprendió por su simpleza y sinceridad:

- Ven, te cuento y si quieres lo experimentas

El mensaje era claro y directo, y me decidí a contestar. Finalmente quedamos y un viernes por la tarde fui a su casa.

Estuvimos hablando un buen rato sobre diferentes temas pero fundamentalmente sobre sexo y especialmente acerca de la lluvia dorada. El tío era educado y parecía culto, pero sobre todo ofrecía seguridad y confianza.

Finalmente nos desnudamos y nos fuimos al baño. Me metí en la bañera y me mandó ponerme en posición fetal. Entonces me colocó un enema y sentí como me llenaba todo mi cuerpo de agua. Me ordenó no expulsarlo y cuando ya casi no podía mas, me permitió soltarlo. Entonces, me colocó un embudo en mi ojete y empecé a notar como un chorro caía sobre el embudo y sobre parte de mi culete y espalda. Estaba caliente y notaba como entraba dentro de mi. La sensación fue tremenda y diferente a cuando me entraba el agua; sentía menos presión y menor ganas de expulsarlo por lo que era más placentero y además lo notaba más calentito.

Expulsé el meo que me metió dentro de mi cuerpo, me quitó el embudo y me mandó ducharme. Salí de la bañera, me sequé y de nuevo nos fuimos al salón a sentarnos desnudos mientras bebíamos bastante cerveza.

Seguimos charlando y cuando me entró las ganas de mear, le pedí ir al baño pero me interrumpió, se fue a la cocina y trajo una jarra grande cómo de litro y me ordenó que mease en ella. Cuando hube terminado me mandó que me la bebiese ya que era una forma de experimentar la sensación de la lluvia dorada plena, y mejor beber mi meo que el de otro cualquiera. Me dio algo de asco al principio pero el morbo me pudo y terminé tragándome toda. Es curioso, pero cuando termine de bebérmelo me di cuenta que esa experiencia me había provocado una erección enorme.

Entonces me abrazó, me agarró de los pelos echándome la cabeza hacia atrás y me tiró un buen escupitinajo en mi boca que me obligó a tragar. Luego me besó y nos fuimos de nuevo al baño.

Esta vez, me ordenó meterme en la bañera, tumbarme boca arriba y dejar la boca abierta. Entonces, estando el tío de pie fuera de la bañera, se agarró la polla y tras un leve esfuerzo empezó a salir de su aparato un buen chorro de meo amarillo con lo que descargaba toda la cerveza que había bebido.

Primero apuntó su chorro de meo hacia mis pelotas y eso me dio mucho placer y comencé a pajearme, luego apuntó su chorro a mis piernas, después a mi pecho y finalmente a mi careto y mi boca. Al principio me negué a tragar pero finalment...